La  noticia era conocida en círculos empresariales pero como todas las cosas importantes en el sur de Gran Canaria se espera que las malas noticias la ofrezca algún medio de Las Palmas. Y así fue. Malas noticias porque la imagen que se proyecta es de división de líderes empresariales del turismo que, con engranajes financieros bendecidos por auditores, han creado un complejo mundo societario que puede llevar décadas desatascar. El lunes 10 de enero de 2022 Santiago Santana Cazorla debe comparecer en el notario de Arguineguín a petición propia para comenzar a ordenar parte del futuro de sus mercantiles, a caballo entre Canarias, Suiza y Marruecos, donde los delitos fiscales no pueden ser objeto de extradición pero sí de delitos penales. Supuesto este último que provocó, tras acuerdo apalabrado a finales de diciembre, que este 5 de enero se enviase a Santana Cazorla dos burofax anunciando un principio de acuerdo para vender a Lopesan un alto porcentaje de la sociedad matriz. El asunto de la petición de datos a Marruecos dependerá de la directora general de Cooperación Jurídica Internacional, Elsa García-Maltrás de Blas, nombrada en noviembre de 2021. 

El caso es que Lopesan ha salido al rescate de Manuel Santana Cazorla ante el color negro como el carbón que se presentaba a efectos judiciales una serie de cuestionables operaciones mercantiles. Manuel Santana Cazorla, siempre la cara menos visible del grupo, salió de los cargos directivos del grupo en 2016, es decir, que se materializa los acuerdos por llegar a 2022 con posibles delitos societarios ya prescritos.

En esta partida de ajedrez empresarial, Santana Cazorla empata con Lopesan en sus mecanismos de transmisión de poderes. Si en Lopesan ha existido un enfrentamiento entre los consejeros delegados mancomunados que se saldó con la salida de Francisco López en favor del poder total en manos de Eustasio López, en Santana Cazorla sale Manuel Santana del grupo empresarial surgido en Tunte dejando la batuta en manos de Santiago Santana, que sigue en su huida hacia adelante en un intento de no perder la dignidad empresarial del hombre que hizo un imperio y, como Saturno, devoró a sus fieles, hermanos y demás familias.