Concepción Narváez va todos los días a trabajar a la Alcaldía del segundo municipio con más responsabilidades turísticas de España y tercero de la UE, eso se nota en los decretos y licitaciones como la de asistencia domiciliaria; pero desde el nueve de diciembre de 2021 no hace declaraciones, no concede entrevistas, está como perdida, ausente, y no se sabe absolutamente nada de la agenda que tiene para 2022 salvo que la crisis interna del PSOE en Gran Canaria no la salpique. Y el resto de la coalición de gobierno está igual salvo la lideresa del partido naranja, en vías de disolución. Tal es la confusión que hay vecinos que llaman todos los días a Alejandro Marichal (CC) creyendo que sigue siendo nada menos que concejal de Urbanismo y Turismo.
Mientras, en las redes de mensajería digital con audiencias muy superiores a los periódicos de papel de Las Palmas, que ya prácticamente ni se leen, los contenidos de desperfectos, problemas de obras es una locura. El permanente inacabado de obras por empresas que están medio quebradas, el turismo que no termina de sacar del Erte a empleados, la presencia descontrolada de migrantes protagonizando sucesos forma parte del menú diario de los ciudadanos a toda hora y no ocuparían la agenda de las autoridades de San Bartolomé de Tirajana.
La irrupción del teletrabajo entre empleados municipales ha cuadrado con la salida de CC del grupo de gobierno y eso habría bajado la intensidad de la competición por el control de la agenda municipal. La pugna entre CC y PSOE se ha saldado con la división del partido nacionalista, que no ha expulsado a los representantes con acta de CC que se quedaron en el grupo de gobierno a cambio de la nómina y algunas responsabilidades menores. A todo ello, hay que añadir la ejecución presupuestaria, que hasta el mes de marzo de 2022 no se activa, como dice la ley general presupuestaria.








