Cada lunes, un calvario. Entre el teletrabajo, los equilibrios y los papeles que se amontonan en los despachos a la hora de escanear y validar el estrés tiene todo patas arriba. Entrar en cualquier herbolario o mercado agrícola del sur de Gran Canaria es un espectáculo. La peculiar ubicación geográfica de la comarca y una benignidad climática que la convierten en un auténtico vergel en el que moran infinidad de especies vegetales que, desde la etapa prehistórica, han ayudado a los isleños a alimentarse. Las plantas como el bicacarero, el mocán, el madroño, la faya, las zarzas, las palmeras, el drago siempre fueron empleadas para la medicina. Aunque se desconoce casi totalmente el empleo de plantas medicinales por parte de los aborígenes, sin embargo hemos de suponer que el conocimiento de estas plantas como remedios caseros proviene de aquellos tiempos, ya que se trata de plantas que se daban bien en el sur de Gran Canaria y que eran nuevas para los conquistadores.






