Producto de la incultura y ausencia de respeto al pasado como los jubilados del turismo en las islas, y los que ya no están entre nosotros como empresarios que apostaron por un sur turístico en medio de tomateros, gobernantas, recepcionistas, taxistas, y en el plano institucional el Conde de la Vega Grande, Alejandro del Castillo o Francisco Araña del Toro, en el más absoluto silencio y ausencia de programa especial, Playa del Inglés cumple 60 años que da de comer a media isla de Gran Canaria con sus señoritos de Las Palmas disfrutando de su esplendor especulativo desde entonces. Fue a partir de 1962 cuando los tirajaneros abrieron su corazón a los grancanarios, que ahora ya con sus carreras profesionales aprovechan el 75% de descuento de residente aéreo para volar a la Península o pasar sus vacaciones entre alemanes en Fuerteventura en lugar del sur de Gran Canaria. En estos 60 años a medida que iba aumentando el número de funcionarios los grancanarios han ido olvidando Playa del Inglés, conocida ahora también por sus centros comerciales obsoletos y su turismo gay más rácano y menos rentable de Europa.

























