Miguel Rodríguez nunca pensó que una decisión acertada le iba a cambiar tanto la vida. Cuando echa la vista atrás confiesa que “ni se le pasó por la cabeza”, pero ha sido un proceso y un poco a poco donde la cadena hotelera RIU ha sido fundamental. Miguel Rodríguez Rodríguez es el director de RIU Palace Macao, un puesto que ha logrado con el esfuerzo y el trabajo de varios años junto a la cadena, que apostó por su talento sin dudarlo. Empezó de segundo maitre y al año le propusieron ser Food and Beverage del hotel. Solo era el comienzo, a los dos años pasaría a liderar este cargo en Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife, “lo disfruté muchísimo y el aprendizaje fue muy bueno, espectacular”, recuerda, al igual que “el crecimiento profesional”.
En el Hotel RIU Palmeras y el RIU Palace Maspalomas, Miguel Rodríguez trabajó con el responsable del Caribe, sin imaginarse lo lejos que llegaría con trabajo y la confianza de RIU. Una serie de oportunidades y la formación continua fueron marcando los pasos de este canario al mundo. “Viajé a República Dominicana y por doce años estuve viajando como corporativo de Food and Beverage”, un tiempo suficiente para enamorarse de este rincón exclusivo en el Caribe. “Tomé la decisión de cambiar gracias a la oportunidad de dirigir un hotel, nada más y nada menos que el RIU Palace Macao”. Orgulloso, recuerda como “la empresa me facilitó el cambio y hasta el día de hoy seguimos al frente del mismo” con “mucha Ilusión después de la pandemia”, tiempos difíciles de los que han salido reforzados.
El caso de Miguel Rodríguez no es el único forjado con talento y trabajo dentro del grupo RIU, una empresa que apuesta en firme por su equipo, por su gente, por el crecimiento personal y por la formación para la excelencia. Para el director del Hotel RIU Macao Palace, la cadena “ha sido sin duda mi gran trampolín, mi escuela” donde “he podido crecer como persona y formarme como profesional tocando casi todos los productos de RIU”. Este es el salto que RIU facilita para quienes se esfuerzan y se apasionan con su trabajo. “Es un aprendizaje fantástico que te vale para poder dirigir en cualquier parte del mundo”, asegura Miguel Rodríguez.
Rafael Jerez Márquez es director de Recursos Humanos RIU Hotels México, una responsabilidad que se ha ido fraguando gracias al apoyo y al trabajo duro. Ocupa la dirección de Recursos Humanos para México, con sus siete destinos, 20 hoteles en plena operación y 9.600 trabajadores y trabajadoras, aunque el camino hasta este cargo empezó hace años. Rafael Jerez estudió Relaciones Laborales en la Universidad de La Laguna, posteriormente tras finalizar el Máster en Prevención de Riesgos Laborales “inicié mi trayectoria profesional en RIU como auxiliar de Recursos Humanos en el Puerto de la Cruz (Tenerife Norte)” sin saber que esa decisión sería clave en su vida. Pasó profesionalmente “por varios y diversos destinos turísticos tanto nacionales como internacionales” hasta cumplir el sueño, o como él mismo lo define, “una linda aventura en la que cada día vivo un capítulo nuevo”.
Para Rafael Jerez “el tiempo ha pasado muy rápido”, y es que “recientemente hago 21 años en la empresa de los cuales 19 han sido en el extranjero”. Más de dos décadas que en la trayectoria profesional de Rafael Jerez han seguido la línea RIU, una oportunidad para mirar desde las islas a todo el planeta. “El aprendizaje es continuo y eso me motiva a dar lo mejor de mí” con “el afán de aportar para conseguir cada día una empresa mejor, más igualitaria, respetuosa y orgullosa de todos sus colaboradores y colaboradoras”.
Estar al cargo de 20 hoteles fue algo que Rafael Jerez nunca pensó, pero que con RIU se convirtió en posible. “Me considero afortunado al poder desempeñarme profesionalmente en lo que me apasiona”, y tras todo este proceso “es difícil dimensionar lo recorrido hasta el día de hoy de forma previa”, aunque como confiesa “sinceramente siempre me vi haciendo lo que hago”. El director de Recursos Humanos RIU Hotels México se declara “convencido” que “estando en la empresa que estoy y con los maestros que he tenido ha sido muy fácil e ilusionante crecer, disfrutar del trabajo y de la expansión que me ha tocado vivir”.
Él recuerda como “un joven profesional con ansias y ganas de conocer, viajar y crecer en todos los aspectos” dio con la horma de su zapato, una empresa que confió en su talento y le sirvió para ese empujoncito que necesitó para demostrar hasta donde era capaz de llegar con trabajo duro. El intentar ser “una mejor persona y consciente de la necesidad de integrarnos social y culturalmente en cualquier lugar del mundo en el que residamos” fue otro de los retos que se esforzó en cumplir. Sin miedo, sin vértigo, y con un compañero de viaje de confianza, RIU Hotels. El papel de la cadena fue “fundamental”, partiendo “de la creencia y confianza depositada en mí en todo momento”, además de “la identificación personal hacia la filosofía y cultura de RIU”.
RIU fue ese salto necesario, y desde ahí y desde Canarias, al mundo. El sueño se cumplió y creció. Rafael Jerez ya tiene nuevos retos. Por ahora, “inaugurar dos fantásticos hoteles en el Caribe mexicano en el otoño de este año”, y “seguir disfrutando como hasta ahora”. Se declara “un canario orgulloso de su tierra, y encantado del continente americano”.
Juan Antonio Medina empezó a trabajar de administrativo en el Hotel RIU Don Miguel hace casi una vida, en 1991, y ahora es el director corporativo de Administración de América Latina para la cadena. Es un trabajador nato, “no he dejado de trabajar, no estado nunca en el paro ni registrado en la oficina de empleo y no recuerdo la última vez que estuve por baja médica”, confiesa. Él es un ejemplo, uno de los muchos que atesora RIU. Usó sus ahorros desde adolescente para formarse, para aprender idiomas, contabilidad, pero como el mismo asegura “el trabajo fue mi universidad” y el esfuerzo su trampolín al éxito. En 1994 se le presentó la oportunidad de salir de Canarias y en República Dominicana continuó la aventura de su vida, que también pasó por Mallorca, hasta México, Playa del Carmen en la Riviera Maya y luego en Cancún, su hogar actual y donde ha formado su familia. Juan Antonio, hoy director corporativo administración RIU, para América Latina, empezó desde abajo, en recepción, de botones hasta administración, “con el empeño de seguir avanzando profesionalmente he ido pasado por diferentes departamentos de hotel”.
En el campo profesional en particular “estar en diferentes países te permite tener una visión más completa, enriquecerte de conocimientos variados, y estar aprendiendo constantemente” además de “poder interactuar con diferentes personas, con otras formas de pensar, ideas, culturas, y escuchar y enseñar a equipos de trabajo o colaboradores” que para él “es una satisfacción”.
El lema de Juan Antonio Medina es que “el trabajo se aprende trabajando” y esa es la premisa que ha llevado a este trabajador a no poner nunca techo a su proyecto profesional. “Todos los días hay algo nuevo que aprender, todos tenemos los mismos derechos y oportunidades y por muy diferente que seamos en aspecto, por el color de la piel, cultura, religión y costumbres todos merecemos las mismas oportunidades”, y para ello “saber escuchar y mantener un constante diálogo es fundamental para la armonía, y con ella es más fácil y rápido cumplir objetivos”. Ahora, tras más de tres décadas laborales, “es cuando uno se da cuenta del camino recorrido”. Se fue a República Dominicana por dos años “y llevo 28 al otro lado del charco”, bromea, sintiéndose “aún más canario desde fuera, porque a las islas el nombre de Afortunadas le viene como anillo al dedo”.
Volvería a tomar las mismas decisiones, a las que llegó por su “espíritu de conocer mundo, por tener la oportunidad, por el apoyo de su familia y vivir experiencias”. RIU ha sido “fundamental”, ha sido “la escuela, los valores, el trabajo que me ha permitido el poder ir creciendo en lo profesional, y también el poder compartir y conocer a los diferentes generaciones de la familia RIU, que me llenan de orgullo”.
Formadores de talento
Juan Antonio Medina lleva a RIU en algo más que en el currículo, porque para él RIU significa “ese afán de trabajar, de no dar el brazo a torcer y ante las inclemencias y problemas siempre tener la cabeza bien alta y mirar siempre hacia delante”, que es lo que en esencia ha permitido que esta gran empresa siga de pie y sea empleo para otras. RIU es “una gran familia” que en unos años “dará paso a nuevas generaciones” desde su enseñanza y gracias a su experiencia compartida.
Su experiencia es la de otros muchos, que han podido hacer carrera en RIU y llevar a la empresa al éxito. “No ha sido un proceso fácil, pero sí bien interesante”, así lo define Fernando Ferrera, a quien la confianza que le depositó RIU fue la clave para dar el salto y sobre todo “para comprometerme con la empresa por 4 años y resulta que llevo ahora 28”. Fernando Ferrera entró en la cadena hotelera en 1991 y desde ese momento “mi formación ha sido constante y me ha permitido llegar a ocupar el puesto de responsable de país”. Ahora, quien empezó hace ya más de tres décadas con esfuerzo y mucha ilusión ha logrado ser director de administración en República Dominicana, un cargo que “nunca imaginé” porque “aunque sabía que era una empresa muy seria y solvente, no creí que llegaría tan alto”.
Él es sinónimo de cómo RIU exporta talento, escalando poco a poco con esfuerzo y confianza desde auxiliar a la administración y pasando por todos los trabajos del departamento en distintos destinos. “Fuerteventura, Lanzarote, Las Palmas, Tenerife, Puerto Plata, Playa del Carmen y Punta Cana”, una carrera marcada por la pasión.
RIU ha sido “mi protector en todo momento”, en una relación “muy buena”, confiesa, donde “solo he tenido que preocuparme de trabajar y cumplir con mis obligaciones”, y eso durante más de 30 años, en los que “nunca he tenido la duda, y hoy en día me sigo levantando bien temprano y voy a mi puesto de trabajo con ilusión”.
El camino no acaba con él, y es que esa pasión, ese trabajo duro, esa experiencia que ha cosechado Fernando Ferrera es más. Ahora él mantiene viva la formación continua, la exportación de talento, la ilusión por crecer y mejorar, al poder formar “al personal a mi cargo y conseguir dejar en mi puesto a un relevo que al igual que yo, sea canario y sienta el mismo amor que yo por esta empresa”. El ciclo se mantiene y sigue año a año “con el proyecto de poder formar a nuevos responsables de países, porque el conocimiento y experiencia que uno ha adquirido en todo estos años, es algo que no se debe de perder y se tiene que transmitir a las nuevas generaciones”.