Era una de las mayores obsesiones de Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés: abrir en Meloneras con una inversión de 100 millones de euros que se esfumó. La idea era buena porque se trataba de crear un centro comercial en el sur de la isla para que los turistas compraran primeras marcas a precio sin IVA y, por tanto, generar un entorno de generación de gasto en el destino. Pero aparecieron las presiones de Tenerife: el que era consejero de Comercio y después presidente regional, Adán Martín, obligó a El Corte Inglés a cambiar la idea al campo internacional de Maspalomas y montar otro centro en el sur de Tenerife si quería una licencia en el sur de Gran Canaria. Y, ahí, se esfumó la inversión de Maspalomas, que generaba en la zona de forma automática este precio: 18.000 euros el metro cuadrado. Cuando Adán Martín llega a la presidencia regional su consejera de Comercio, la exrectora de la ULL, Marisa Tejedor, terminó de fabricar la norma para frenar la creación de riqueza en el sur de la isla.

Y es que para frenar a El Corte Inglés ATUI fijó desde el Gobierno de Canarias un índice poblacional de 0,06 metros por habitantes y, encima, supeditó Maspalomas a la Ley de Comercio. Para todos estos proyectos es obligada la licencia comercial y un informe del Cabildo sobre la red viaria. La saturación afectaba a El Corte Inglés y con ello no podría ocupar los 25.000 metros que ya estaban apalabrados con Lopesan en Meloneras a un precio de 15 millones de euros. El plan generaba al Ayuntamiento de San Bartolomé el pago de 6 millones en concepto de convenios urbanísticos con la recalificación, incluida, de 7.500 metros anexos a El Corte Inglés, que podrían tener para la promotora un valor de mercado explosivo: 18.000 euros por metro cuadrado.

El recinto del sur de Gran Canaria pretendía transformar el centro comercial Faro 2 en algo rentable: cinco plantas de altura con 25.000 metros cuadrados de superficie comercial. La idea era en 2002 sobre Meloneras pero finalmente forzaron el cambio al Campo Internacional de Maspalomas, también de Lopesan. El Corte Inglés no quería abrir en el sur de Tenerife porque el perfil de turista no genera tanto gasto como en Gran Canaria. 

En Meloneras el Plan General de San Bartolomé de Tirajana permite edificar hasta seis plantas y el plan de la cadena era construir cinco. El centro comercial Faro 2 quedó descolgado de la modernización al carecer de unidades atractivas para clientes aunque se esperaba sacar partido a 80.000 metros cuadrados a zonas verdes y aparcamientos. Tras aquel fracaso Lopesan no hizo el centro comercial en Meloneras pero desarrolló galerías comerciales para dar asistencia a sus clientes de Baobab en sus 28.000 metros cuadrados así como a los usuarios de Expomeloneras.