Las empresas hoteleras están atentas a la problemática detectada por numerosas empresas que no encuentran trabajadores para cubrir vacantes para las que no han hallado empleados. Los expertos del sector apuntan también a otros motivos por los que hay falta de mano de obra. En concreto, la falta de formación que demandan las empresas. El gerente de la división hotelera Grumasa (Martinón), hoteles THe, Antonio de la Torre, gestora de establecimientos como Anamar, Koala y Dunagolf Suites, ha señalado en El Espejo Canario que es preciso analizar "la cuestión de la formación del personal que presta servicio en el sector turístico de Canarias, ya que últimamente están comenzando a observar una creciente fuga de mano de obra a otros sectores", dijo. De la Torre señala que, al igual que todo el sector,
THe Hotels está sufriendo los embates del incremento de la factura de electricidad, con facturas de hasta 100.000 euros cuando pocos meses atrás se pagaban 30.000 euros: "los costes se comen completamente el beneficio". Indicó que los centros de más fuerza son los ubicados en Marbella y Suiza "y Canarias carece de referencias más allá de los hoteles-escuela". A este respecto, "considera necesaria una mayor implicación de las administraciones públicas y el sector privado para desarrollar una formación profesional a la altura de la excelencia del sector turístico".
Las empresas de Europa planean dar a más empleados una participación accionaria en sus negocios para ayudar a retener el talento en medio de una Gran Renuncia inducida por la pandemia, mostró una encuesta de Global Equity Organization (GEO), un organismo sin fines de lucro que realiza un seguimiento de los planes globales de acciones y la compensación ejecutiva, dijo que el 25 % de las empresas norteamericanas y el 22 % de las empresas europeas encuestadas dijeron que otorgarían más acciones en el futuro como parte de su programas de incentivos a largo plazo (LTI). A esto se agrega, dice, el incremento de los costes salariales por la reforma laboral, los problemas con el personal de seguridad de los aeropuertos, que están dificultando los viajes, y el incremento de los precios en el sector de la alimentación, que hace que viajar “sea cada vez más un lujo que una necesidad”.



  



