Era el año 2014 cuando el partido que gobierna en Mogán, Ciuca, tenía como dirigente a la que hoy es su alcaldesa, Bueno García, y que llegó a ese puesto en 2015, daba lecciones sobre cómo acabar con los problemas de aguas fecales: haciendo caso a los técnicos municipales. Desde entonces, Nueva Canarias Frente Amplio mantiene su discurso sobre la ausencia de garantías para solucionar este problema en mano de los gestores actuales y el PP arrastra este asunto porque la alta demanda por la población foránea no habría tenido en cuenta a la hora de conceder licencias. Como ocurre en países en vías de desarrollo, el agua industrial en Mogán se envía en cubas y los vecinos tienen que estar pendientes de horarios para llenar depósitos Ya en 2015 el PP en la oposición puso el grito en el cielo en un comunicado diciendo: "quién nos iba a decir que justo en la mitad de su mandato esto se hiciera una realidad debido a su falta de gestión e ineficacia en el mantenimiento de las red de aguas negras en este caso". El año actual es el 2022 dC.
En Mogán este 2022 que se sepa ha habido problemas en fechas como 25 de junio, 30 de junio y con anterioridad el 8 de abril. Y eso es lo que se conoce de la zona de costa porque los turistas y residentes canarios echan pestes en las redes del lío que tienen los socios de CC para controlar brotes de agua de una zona de costa donde el acceso a las playas cada vez presenta mayores incertidumbres. Antes en 2017 hubo problemas de aguas y no se sabe todavía cómo, pero hubo un misterioso retraso en el anuncio a la población que el PP denunció públicamente.
En 2014, un año antes de las elecciones que llevó a Bueno a recuperar el poder tras haber pasado por él con el PP, el Gobierno de Canarias denunció la carencia de autocontrol en los análisis de aguas. Entonces Ciuca envió un comunicado diciendo: "la gestión de los recursos hidrológicos del municipio brilla por su ausencia" y señalando un brote de salmonella de una guardería de Arguineguín, pozos negros de Barranquillo Andrés, Soria y Cercado "y los vertidos de aguas fecales al Barranco de Arguineguín, los malos olores de las depuradoras de Playa de Mogán y Arguineguín, “y ahora la ausencia de controles en la calidad del agua que se destina a consumo humano".
Entonces el portavoz de Ciuca era el hoy alto cargo electo Mencey Navarro, que advertía que "se confirma que la salud pública no está en la agenda del alcalde ni de su grupo de gobierno, que se olvidan de que su responsabilidad es la defensa del interés general". Ciuca denunciaba que "el vertido de aguas fecales a los barrancos podría provocar problemas de salud pública y contaminar los acuíferos" y que "los informes de los técnicos municipales los que avisan de un posible problema sanitario y medioambiental, ya que, literalmente redactan que las aguas fecales pueden afectar a la salud de los vecinos, incrementar la población de insectos en la zona, generar malos olores y contaminación de acuíferos de los que se nutre el abastecimiento público, por lo que se hace urgente la construcción de una estación depuradora de aguas residuales".