Es para saber qué decidir y ver posiciones amigas y enemigas. Lleva 43 años en política, no paga hipoteca y en el banco tiene al menos que se sepa 144.000 euros ahorrados. El 31 de octubre cumple 61 años y es todo un lince que ha pasado hasta por el mundo empresarial como directivo de una empresa familiar. Se llama Sebastián Franquis y es el consejero de OO.PP que este fin de semana ha lanzado una bandera falsa sobre las operaciones de la Corporación Masaveu en la planta cementera de El Pajar, sur de Gran Canaria. El presidente del Gobierno de Canarias, el aruquense Ángel Víctor Torres, está a la espera a ver por dónde sale el conejo de la madriguera institucional para evitar daños electorales entre todos los colectivos enfrentados: desde ecologistas a empresarios pasando por vecinos. Si finalmente el PSOE sigue con el plan de disparar a varios lados a ver dónde suena la flauta se expone a que los promotores del resort de lujo Cordial Santa Águeda con intereses en ese suelo reclamen por vía judicial al Gobierno de Canarias 50 millones de euros por lesionar su patrimonio.

Franquis, que entró en 1985 como concejal en el Ayuntamiento de Las Palmas y desde 1989 integrante de la dirección del PSOE, es un dinosaurio de la política insular y este viernes lanzó una campaña de marrullería para sacudir a la empresa peninsular, vecinos, administraciones locales y empresarios. Todos salieron en tromba en este seco mes de agosto para advertir que no habían bendecido cambio de posición alguna sobre la cementera de la familia asturiana Masaveu. El responsable de Costas en Madrid es el líder del PSOE de Asturias y la anestesiada prensa fue incapaz de preguntar a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, sobre este asunto la semana pasada en Tenerife al estar perdida entre cachorrillos que no saben leer cómo se las compone el poder cuando tiene que adoptar una decisión y no sabe cómo testear el ambiente. Porque la decisión del sur de Gran Canaria se toma en Tenerife dado que Puertos Canarios es una empresa controlada políticamente por el partido insularista gomero ASG.

Eso es lo que ha pasado en las últimas jornadas con el debate político sobre la planta cementera de la familia Masaveu en el sur de Gran Canaria. Mientras tanto, David Silva, el principal inversor, ya comienza a coquetear con mudar sus inversiones porque no tiene necesidad de meterse en líos que puedan sacudir su imagen profesional.