Bahía de Meloneras está en el mapa de España desde el Siglo XV. Hay mucha gente desconectada de la realidad que cree que el nombre de Meloneras, en la costa sur de la isla de Gran Canaria, tiene algo que ver con el erotismo de los años en los que llegaron las primeras turistas noreuropeas y que tanto condenaba el Obispado de Canarias desde las iglesias en los años setenta en Las Palmas. En absoluto: en el siglo XVIII hay descripciones del sur de Gran Canaria donde se destaca el cultivo de melones, llamado boango de Gran Canaria por el tirajanero Pancho Guerra en 1977. Nombre que recibía también calabacín. Era una fruta habitual en la isla hasta el punto que en Telde se encuentra Lomo de los Melones.
De aquella época se narra en las crónicas que estudió Viera y Clavijo que "me parece que los melones de Canaria son los mejores de nuestras islas, entre los cuales se dan algunos de quince libras; bien que Núñez de la Peña asegura haber visto en Tenerife un melón de veinte y cinco libras y algunas orzas, cogido en la huerta llamada de Juan Fernández, en Tacoronte. Es fruto de estío, refrigerante e indigesto. Sus pepitas son de las cuatro simientes frías mayores y se emplean en emulsiones saludables"
Por ello, sostiene el investigador canario en toponimia Humberto Pérez Hidalgo "no es descartable que los marineros descubridores de América ya conocían de las propiedades de la fruta y no dudaran y harían algún trueque para llevarse sus buenos melones para la travesía. A ello puede deberse el origen de este topónimo de Las Meloneras, para que de alguna forma fuera conocido y para que en tiempos del monarca Felipe V el ingeniero Antonio Riviere la incluyera en la nómina de buenas bahías de fondeo".
¿Llevó Colón semillas de melón a las Indias y le dio por lanzar semillas en el sur de Gran Canaria? Es posible que quizás la tripulación se pegara un emboste de comer melón por lo fresco que era y dejaron semillas al azar. El profesor Tous Melián ha documentado que el paso de Colón por las playas de Maspalomas, concretamente la Charca de Maspalomas, puede señalar la posibilidad de que las semillas de melones que se llevaron a América pudieran ser recogidas en los lomos próximos a esta playa, lo que avalaría su notoriedad en aquellos tiempos, sostiene el investigador Humberto Pérez Hidalgo, fallecido lamentablemente en agosto de 2020.
El origen está envuelto en misterio pues se han encontrado pruebas de su existencia en épocas muy cercanas en el tiempo tanto en Asia como en África, y Colón antes de liar a los Reyes Católicos con el Nuevo Mundo conocía toda la costa africana. El ingeniero Antonio Riviere estuvo tres años en las islas desde 1740 en una misión de ingenieros del rey Felipe V y escribió 'Descripción Geográfica de las Islas Canarias' y menciona la excelente calidad del sur de Gran Canaria para frutas exóticas.
El catedrático de Arqueología de la Universidad de La Laguna, Antonio Tejera Gaspar, en 2013 hizo un informe sobre el Bien de Interés Cultural del Oasis de Maspalomas donde resalta la presencia de Colón en la zona rumbo al Nuevo Mundo y donde se abasteció leña y carne "junto a una corriente de agua continua y una zona arbolada junto a la desembocadura", es decir, la Charca de Maspalomas, supuestamente. Hernando Colón en el cuarto viaje señala el 24 de mayo de 1502: "el 24 pasamos a Maspalomas, que está en la misma isla, para tomar el agua y la leña que eran necesarias en el viaje. De aquí partimos la noche siguiente hacia la India con un próspero viaje …". En las crónicas de Fray Bartolomé de las Casas, tituladas Historia de las Indias, llama la atención el conocimiento del fondeo en "la Playa de Melonera".