Los residentes en Las Palmas, mayormente herederos de funcionarios franquistas que compraron en el boom de los Ochenta y que tienen apartamentos en el sur de Gran Canaria compitiendo de forma desleal con el destino, siguen aumentando su cuota de poder en plataformas digitales como Airbnb. Si se toma como referencia el precio medio por noche para las estancias de larga duración, los destinos más asequibles (con precios medios por debajo de los 30 euros por noche), Maspalomas se coloca entre los destinos más populares. 

De esa forma, mientras el sector hotelero intenta salir del marasmo de ingresos por la crisis del Covid19 y la guerra de Ucrania los apartamenteros ubicados desde San Agustín a Maspalomas pasando por Playa del Inglés, donde son incapaces de llegar a acuerdos para mejorar la oferta del sur de la isla, han posicionado el destino como si fuera algo urbano del perfil de Madrid, que no tiene playa.

Hasta tal punto llega el caos que seis de los 20 destinos más reservados están en las Canarias colocando a Maspalomas en el cuarto lugar de España de Airbnb, es decir, Arona, Las Palmas, Santa Cruz, Maspalomas, Puerto de la Cruz y Corralejo. Los apartamenteros de Las Palmas con casas vacacionales en el sur de Gran Canaria "son conscientes de la demanda de este tipo de estancias por eso la región muestra la mayor proporción de casas preparadas para acoger estancias de larga duración con más del 40% de los alojamientos disponibles para reservar a largo plazo", sostiene Airbnb.