La mezcla de intereses de uno y otro lado entre capitales de señoritos de Las Palmas con las administraciones de Tirajana por el control del suelo turístico y recursos naturales generó que la imagen del destino se viera dañada. Así, la editorial catalana Zeta, propietaria de la revista Interviú, cargó contra el entonces alcalde Araña del Toro.

Aquellos ataques provocaron cosas como que se ordenara la compra masiva de ejemplares de la revista en la estafeta de llegada de carga del aeropuerto de Gando. Era mediados de los ochenta y apenas algún ejemplar circuló con la información que firmaba José Luis Morales desde Madrid. Una de las fuentes empleadas no era otra que nada menos que el delegado del Gobierno en Canarias, Eligio Hernández, que puso de vuelta y media a Araña tildando al alcalde de Tunte de poco menos que mafioso.

En aquel periodo los intereses por la costa eran tremendos. Los descendientes del conde de la Vega Grande llevaron a los tribunales la gestión de playas de San Bartolomé de Tirajana, cosa en la que en 1991 el Tribunal Supremo les dio la razón. El entonces alcalde Araña del Toro llegó a decir que "el fallo judicial, con todos los respetos, es una locura, y sólo podría explicarse en una época feudal". El abogado de los herederos del Conde era Jesualdo Alcaut, que matizaba que la sentencia no privatizaba un bien público sino que reconoce derechos preferentes de la familia Del Castillo para explotar los servicios de dicha playa. Como así ocurre actualmente.

Aquella presencia de Interviú se produjo cuando Araña preparaba la concesión de explotación de hamacas y elementos deportivos en las playas del citado enclave turístico. Las noticias de Interviú fueron justo antes de la aprobación de la Ley de Costas de 1988 y dos años después de no otorgar concesiones administrativas sobre el litoral de Tirajana.