Lo que menos se le estaría pasando por la cabeza a Leonard Hamaton Pilcher que teóricamente fue el inglés que le dio nombre a la playa de este nombre en el sur de Gran Canaria y cuyos restos descansan en Las Palmas sin que desde Tirajana jamás se le haya puesto una corona de flores en su tumba, vino a Gran Canaria no como último remedio o a un destierro como muchos funcionarios peninsulares que aparecieron por la comarca sino como un héroe de guerra.

Tras la I Guerra Mundial Pilcher se vino a Gran Canaria ya que conoció las isla por la marina inglesa. Antes de la II Guerra Mundial en Gran Canaria hacían negocios con el tomate 191 empresas, que se repartían las 105.000 toneladas de producción de las que se exportaban 555 toneladas. Existían controles de 19 sindicatos agrícolas de cosecheros exportadores. El número de cosecheros exportadores independientes era de 110 peor los que dominaban el negocio eran Hijos de Diego Betancor, Naranjo Díaz y Juliano Bonny. Entre los 62 exportadores pero que no plantaban estaba L. H. Pilcher y W. Moore.

Pilcher al igual que otros operadores ingleses daba crédito a pequeños cosecheros y los recuperaba con intereses al final de la zafra. El volumen por exportador es mucho más elevado en Gran Canaria que en Tenerife. Bonny y Pilcher sobrepasan ampliamente el millón de ceretos, mientras que en Tenerife la cifra del mayor exportador no supera los 800.000 cajas.

Pilcher conoce el mar y la tierra. Los ingleses son dueños de las consignatarias y eso le ayudaba con las exportaciones de exportadores de tomates y plátanos, o facilitaban capitales para el cultivo. De hecho, algunos exportadores de origen inglés, como Pilcher, Leackok o Fyffes se asientan por eso en las islas.

En los Archivos Nacionales de Kew se destaca la hoja de servicios inmaculada de Leonard Hamaton Pilcher, nacido el 21 de febrero de 1891, lo que le ayudó a tener crédito bancario para financiar sus operaciones especulativas agrarias en el sur de la isla. La ejemplaridad en el campo marítimo de batalla le generó recursos con los que afrontar su pase a la vida civil y emprender en Gran Canaria con el tomate y el turismo, según consta en la ficha 188/592/16373 del registro de servicio naval británico.

A sus escasos 25 años Pilcher entró en la Royal Navy y en los archivos oficiales británicos, a los que ha accedido Maspalomas24H, se detalla su entereza a la hora de poder ejecutar órdenes al tiempo que ayudar a los más pequeños ya que de los que participaron en la I Guerra Mundial por el bando británico tenían menos de 14 años.

Los registros de 1900 a 1928 se han digitalizado y ahora están disponibles en línea junto a otros 380.000 registros de servicio de la Royal Navy. Los Registros de Servicios para Marineros enumeran el nombre de cada marinero, la fecha de nacimiento, el lugar de nacimiento, la embarcación y el número de servicio junto con comentarios sobre apariencia, conducta y asuntos disciplinarios.

Pilcher fue voluntario estaba ansioso por servir aunque carecía de la experiencia y la capacitación que le brindó a sus colegas mayores. Pilcher se alistó en el acorazado Revenge y luego emigró a Gran Canaria, donde siguió de cerca los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial. Miriam Silverman, gerente senior de contenido de Reino Unido de Ancestry de Royal Navy señala que "la gran cantidad de detalles de los registros también hace que esta colección sea un recurso fantástico para cualquiera que busque obtener información sobre los detalles más finos de la carrera naval de sus antepasados o rastrear el enorme impacto en algunas de las batallas más infames de la Primera Guerra Mundial".

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