Hay que tener prudencia pero nunca darle la espalda al mar. Como todo septiembre es un mes de mareas grandes y eso se disfruta entre canarios y turistas. Bajamares y pleamares influenciadas por la posición de la luna y del sol: son las llamadas mareas vivas del equinoccio de otoño. Las mareas grandes coinciden tanto con la luna llena como con la luna nueva. No hay que olvidar que Cristóbal Colón estuvo en un mes de septiembre de 1492 precisamente en Maspalomas para disponer de agua y productos para la travesía al Nuevo Mundo. Cada año que se puede, se aprovecha las mareas del Pino para abrir un canal temporal que permite a La Charca de Maspalomas alcanzar su máximo apogeo con la entrada de 20.000 metros cúbicos de agua de mar, oxigenación y cientos de alevines.
Por tradición estas mareas suelen coincidir en el tiempo, aunque no siempre, con la festividad de la Virgen del Pino (8 de septiembre). Las mareas del Pino marcan emocionalmente el fin del verano en Maspalomas y el resto del sur de Gran Canaria. Para los playeros las buenas mareas del Pino son las que vienen con reboso: fuerza en el mar y buenas mareas vivas son el cóctel perfecto para disfrutar de unas espectaculares mareas de septiembre.Estas mareas equinocciales mueven muchísimos áridos dentro del sistema de las playas, arena que viajará hacia partes más azocadas. También tienen la misión de limpiar la arena seca tras el verano.
