Meeting Point Spain se ha sumado este 2022 a la corriente empresarial de dejar el sur de Gran Canaria para estar más cerca de los auditores que los directores de los hoteles. Es un ejemplo más de cómo la industria turística ya no existe: es un negocio financiero donde los que tienen el poder real no aparecen porque son inversores o pensionistas. Las empresas con directivos de Las Palmas no quieren bajar al sur.
En Las Palmas la primera empresa que se apuntó a esta tendencia fue a la hora de ejecutar sus compras fue HI Partners, la filial de Blackstone que es el mayor grupo hotelero de Canarias. La empresa dirige todo el circuito financiero del sector hotelero en tiempo real desde una pequeña oficina que tiene, discretamente, en el edificio Urbis de Guanarteme, que tiene ahora como vecino un hotel de la cadena Mur, el Arts. Blackstone es dueño de Corallium Beach, Dunas Don Gregory, Corallium Dunamar, Abora Continental, Abora Interclub, Barceló Margaritas, Dunas Mirador Maspalomas, Dunas Maspalomas Resort + Suites & Villas. Es el mayor operador hotelero de Gran Canaria.
En el caso de la filial de Blackstone se trata de un grupo que se dirige desde Barcelona y Madrid desde 2015, sin arraigo social en Canarias y empatía institucional porque su único interés es tener una cartera útil a la que extraer beneficios para una futura reventa o permuta de activos. Es dueña de hoteles que pone en manos de operadores hoteleros como Ritz-Carlton, Barceló, Hyatt, Hilton, Ledra y Marriott.
Por su parte, Meeting Point deja atrás la presencia en Sonneland para meterse en un edificio de Satocan, donde Emalsa tiene su sede. Aquí estará Meeting Point Hotel Management Canarias. El director general de Meeting Point Spain, que es propiedad de FTI, Venancio Lorente, tiene claro que la elección de Las Palmas se debe a que las nuevas obras de cinco hoteles en Jandía, Fuerteventura, obliga a un constante ajetreo de gente de un lado para otro y Maspalomas queda lejos de esa operativa.
