Hace pocos días tuve ocasión de hacer una exposición en el X Foro de Maspalomas Costa Canaria por los 60 años recién cumplidos del destino Maspalomas Costa Canaria, incluyendo a la vez varias propuestas para las décadas que vienen, que se resumen a continuación y que van divididas en los siguientes cinco bloques temáticos.
1) El valor del Turismo y su gestión
La pandemia ha vuelto a relanzar al Turismo y colocarlo donde siempre ha estado, como único motor económico -casi en solitario- de Canarias, del que dependen de forma directa, indirecta e inducida más del 90% de los empleos. Por ello, no se trata de intentar buscar desesperadamente vías de crecimiento en industria y/o agricultura (que apenas las tienen), sino de seguir diversificando dentro del sector donde somos líderes, el Turismo, creando combinaciones únicas de servicios que no existan en ningún lugar.
En cuanto a la gestión del Turismo, sería importante establecer para dirigentes públicos un código ético contra la demagogia y el populismo en sus mensajes turísticos, que a menudo generan aversión al Turismo o a los turistas. Asimismo, es vital consensuar un "pacto por el Turismo", de manera que en las cuestiones más básicas haya una línea clara a seguir. Los asuntos turísticos no tienen nada que ver con las ideologías políticas, por lo que hay que separarlo con claridad. En este sentido, es prioritario definir un Plan Estratégico a largo plazo y seguirlo.
(2) Población & "capacidad de carga"
Si el debate demográfico está sobre la mesa es porque, como mínimo, la capacidad de carga social y/o la infraestructural estarían tocando techo. No debemos confundir la capacidad de carga con una cifra estática fronteriza con el Apocalipsis, sino identificar las variables relevantes y trabajar en una "aproximación bilateral del equilibrio", es decir, aumentar la capacidad de acogida en los ámbitos que lo permitan (p.ej. capacidad infraestructural), mientras a la vez activamos mecanismos para contener el aumento de población, como podría ser, por ejemplo, una mejora de la empleabilidad del residente (formación profesional, idiomas, actitud).
(3a) Capacidad alojativa: desarrollo hotelero
La necesidad de la simplificación de la normativa turística y urbanística también fue nombrada, habiéndose avanzado muy poco en este sentido en la última década. Por ejemplo, un Plan General municipal, elemento vital para el desarrollo de una parcela turística, dura más de 10 años en aprobarse, mientras que la normativa turística está expuesta en varias leyes, decretos y reglamentos que se añaden uno sobre otro.
(3b) Capacidad alojativa: regulación del alquiler vacacional
Las propuestas al respecto se expusieron en cinco pasos, partiendo del decreto de 2015, las sentencias en contra y del borrador del anteproyecto del 2018:
1) Regulación autonómica: Resulte sensato regular el alquiler vacacional desde el mismo nivel legislativo que tenga las competencias sobre áreas como formación, planes de vivienda, inspección turística y planificación estratégica del Turismo. El ámbito de regulación es, por tanto, el autonómico (ver más en: "Cinco claves de la regulación del alquiler vacacional").
2) Alquiler vacacional en edificios completos: Si resulta evidente que el uso de un edificio va a ser principalmente vacacional, podría entenderse que se le deben aplicar las normativas correspondientes a un alojamiento colectivo, es decir, “apartamento” en lo turístico y “edificio de concurrencia pública” en lo edificatorio. Estos últimos tienen condiciones de accesibilidad y contraincendios más restrictivas que las viviendas, pues son usados por usuarios esporádicos, no familiarizados con el edificio. Asimismo, se propone establecer un porcentaje de actividad vacacional (p.ej. 40%), a partir del cual una edificación pueda ser considerada turística.
3) Actividad en suelo turístico: Es la cuestión más controvertida del decreto 113/2015 y aquí se plantean diferentes escenarios:
a) Viviendas de alquiler vacacional dentro de edificios en explotación turística: En estos casos es recomendable mantener en todo caso la prohibición del alquiler vacacional, con el fin de mantener la unidad de explotación del complejo o edificio.
b) Viviendas de alquiler vacacional dentro de edificios residenciales en suelo turístico: Aquí, en primer lugar, habrá que definir si se flexibiliza la prohibición en suelo turístico, permitiendo la actividad bajo determinadas circunstancias, o se mantiene la prohibición, tal como pretendía el anteproyecto de 2018, en cuyo caso habría que motivar bien la argumentación. Los jueces, en sus sentencias de 2017 y 2018, no fallaron en contra de la prohibición de la actividad en suelo turístico en sí, sino que no apreciaron suficientemente argumentada esta prohibición, que debería estar soportada por “razones imperiosas de interés general” según el art.5 de la Ley 20/2013 de garantía de la unidad de mercado. Es decir, o se mantiene la prohibición (argumentada con fundamento) o bien se hacen excepciones.
En caso de permitirse el uso para alquiler vacacional en complejos residencializados, podría aplicarse lo comentado en el apartado 2: para implantación de menos de un determinado porcentaje de un edificio o complejo (p.ej.40%) aplicar la normativa específica del alquiler vacacional (nuevo decreto), mientras que para implantaciones superiores a dicho porcentaje considerarlos un establecimiento turístico y aplicarles la normativa turística, conformando estos una "unidad de gestión" con ciertos servicios ofrecidos en conjunto (p.ej. recepción).
4) Estándares mínimos de calidad/ equipamientos: En el borrador del anteproyecto de 2018 el legislador tuvo la intención de terminar de regular los estándares mínimos de la actividad, que quedaron incompletos en el decreto 113/2015, tales como el servicio de atención 24h, el seguro de responsabilidad civil, los equipamientos mínimos, el acotamiento del uso residencial de la vivienda por el propietario, etc. Todo ello debería ser retomado en el próximo proceso de regulación y ser, asimismo, controlable por los inspectores de Turismo y/o la Policía Local.
5) Límites de desarrollo del alquiler vacacional: Aunque el legislador evada finalmente la motivación de "razones imperiosas de interés general" en la acotación o prohibición del alquiler vacacional en zonas turísticas (ver arriba apartado 3b), en el ámbito global insular va a ser ineludible que tenga que afrontarlo. El borrador del 2018 lo incluyó en su artículo 9, donde contemplaba la fijación de un "estándar máximo de implantación del uso complementario de vivienda vacacional" a través de los instrumentos de ordenación insular. Esto no quiere decir otra cosa que definir el máximo permitido zona por zona. Parece ineludible que en este proceso el legislador tendrá que argumentar bien esas razones de interés general de una vez por todas.
Es decir, en el caso del alquiler vacacional no vale el “tengo derecho a hacer lo que quiera con mi propiedad”, pues el uso de esa propiedad implica también el uso de las infraestructuras turísticas y servicios públicos, por lo que resulta obvio que la decisión del uso no puede quedar de forma anárquica en manos de cada uno, quedando supeditado a una implantación máxima.
(4) Competitividad laboral del residente
De las consideraciones sobre la capacidad de carga se deriva la necesidad de una mejora urgente de la empleabilidad del trabajador residente, sea para encontrar empleo en Canarias (por tanto, se atraería menos mano de obra exterior) o para ser exportable fuera de Canarias. En este contexto se han comentado cuatro ámbitos de actuación:
1) Idiomas: Hay que fomentar el bilingüismo, de forma que todos los residentes dominen bien el inglés. Además, atendiéndome a la propuesta de Lourdes Rodríguez, profesora en un IES en Lanzarote ("Ponte al Día", TVC, 20.10.22), se debería garantizar que el alumno que elija la segunda lengua (francés o alemán) como asignatura optativa, pueda continuarla en Bachillerato.
2) Formación profesional dual: Las propuestas más destacadas para una mejora de la FP dual son: aumentar el ciclo formativo a 3 años, más dualidad (aumentar las prácticas a más del 50% del ciclo), con remuneración del aprendiz y una mayor adaptación de la programación a las necesidades de los empresarios (ver: "La necesidad de más dualidad en el FP canaria").
3) Disposición al servicio: En este caso no se trata de lograr nuevo, sino de mantenerlo a toda costa. El canario tiene la hospitalidad y la amabilidad en la sangre y justo eso hay que preservarlo para próximas generaciones. No hay que dar por sentado que esa disposición se mantiene sola, especialmente con tantas declaraciones en contra del Turismo, muchas veces por nuestros mismos gobernantes.
4) Actitud: Otro factor es la actitud hacia el trabajo, que se puede influir favorablemente desde el contexto cultural (impulsando la transmisión de valores como el esfuerzo, la responsabilidad y el compromiso) y, en el contexto del ámbito turístico, con campañas para mejorar la imagen de las profesiones turísticas. En todo caso, hay que alejarse decididamente de la “cultura del subsidio”, caracterizada por bajos niveles de rendimiento, compromiso y ambición laboral, siempre buscando vivir de algún subsidio temporal.
(5a) Rehabilitación de infraestructuras turísticas
Las propuestas 40-49 van dirigidas a la rehabilitación de los núcleos turísticos. En este contexto destaco la necesidad de desarrollar con más celeridad nuevos Planes de Modernización (PMM), que son necesarios para darle cobertura jurídica a renovaciones importantes, por ejemplo las de los centros comerciales. Los PMM no son más que atajos para acelerar (o posibilitar) procesos ante una complejidad infranqueable de las normativas y planeamientos. Por tanto, se deduce que en paralelo hay que trabajar en la simplificación de toda esa normativa. Otra cuestión que ya conviene abordar, en relación a la transferencia de la competencia de Costas, es si se le va a dar un mayor uso a la playa para ciertos productos turísticos, como por ejemplo bodas en la playa.
(5b) El destino age-friendly
Los mayores siempre han sido el turista principal del invierno de Canarias y ahora, más que nunca, siguen siendo un interesante macrosegmento para el futuro. Por tanto, si queremos hacer un destino atractivo para este macro-segmento, debemos enfocarnos en la adaptación del destino en sí, aplicando los criterios que se están imponiendo en las age-friendly-cities, con el fin de obtener un “destino age-friendly” (ver "Turista silver y destinos age-friendly"). Destaco la propuesta 58, que trata la regulación de tipologías alojativas específicas para mayores como el "complejo extrahotelero de cohousing vacacional", después de que en el ámbito residencial el cohousing esté teniendo mucho éxito con este segmento.
La propuesta del cohousing va muy unida a las dos anteriores (56 y 57), sobre actividades y programas para promover la salud y lugares de socialización, todas ellas bajo el denominador común de evitar la soledad del mayor, uno de los problemas más acentuados del mayor. Finalmente, la última propuesta recomienda utilizar el eslogan del mejor clima del mundo también para la temporada de verano, basado en el estudio científico de Thomas Whitmore, en el que en un comparativo entre 600 ciudades Las Palmas de Gran Canaria obtuvo la mejor puntuación para todos los meses del año (ver "El mejor clima, también en verano").
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