La decisión del secretario municipal de San Bartolomé de Tirajana de forzar el pase de Francisca Quintana al grupo de No Adscritos en Tunte no tiene impacto en la gestión del día a día municipal. El único efecto, en el salario de la concejal, que tiene un patrimonio alto y tendrá que autopagarse si quiere seguir llegando a los sitios a la hora. Quintana podrá seguir recibiendo vecinos, ejerciendo la participación con voz y voto en el Pleno, control de los órganos de gobierno, derecho de acceso a la información necesaria para el desempeño de su cargo, la participación en las Comisiones Informativas y podrá percibir dietas libres de impuestos por asistencia a las sesiones del Pleno y de las comisiones informativas a las que asista. "Con que vaya a todas en una misma tiene un salario para sus gastos", dijo la misma fuente.

La decisión de que "no podrá percibir remuneración alguna correspondiente al ejercicio de cargos en régimen de dedicación exclusiva ni parcial, ni tampoco recibirá asignaciones correspondientes a los grupos políticos municipales" se debe que cuando de CC salió del grupo de gobierno que tenía con el PSOE y NC Quintana optó por quedarse ya que interpretó que su gestión estaba al margen de las decisiones del pacto de gobierno. 

Cuando CC formalizó el pase a la oposición Quintana se quedó en tierra de nadie aunque con su acta de concejal. Sin embargo, la medida de pedir al Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana de "forzar a Quintana a quedarse pero sin cobrar es algo más de estética que de otra cosa", dijo un jurista municipal, que apuntó que "CC ha estado en un acto reciente en Mogán de una agrupación política que en 2019 resultó elegida por otras siglas para hacerlo ahora vinculados a CC".