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HISTORIACuando Carlos III casi llena de extranjeros el sur de Gran Canaria

Cuando Carlos III casi llena de extranjeros el sur de Gran Canaria

Idaira Sánchez Domingo, 11 de Diciembre de 2022

Se cumplen 240 años del disparate que casi cometen en la Península contra el sur de Gran Canaria por intereses del sector naviero y la Iglesia para controlar "espiritualmente" toda la comarca. Carlos III ordenó que se "colonizara" la zona sur de la isla en 1782 y en caso de no ejecutarse el traslado interior de "500 familias ociosas" de otras partes de las islas aplicar el llamado 'Fuero de Sierra Morena', es decir: llenar de alemanes el sur de la isla para que el suelo, sin tocar espacios que eran del Conde de la Vega Grande, como ya se estaba haciendo entonces en Andalucía, en la zona de La Carolina. Al mando de la operación Carlos III ya tenía a alguien: Johann Kaspar Thürriegel, coronel alemán de origen bávaro al servicio de España, encargado de atraer colonos centroeuropeos a las nuevas poblaciones de Sierra Morena. Hablamos de 1782 y ya Thürriegel partió para Alemania en junio de 1767 con colonos tras repartir folletos en alemán y francés donde mencionaba los derechos que tendrían sus habitantes en virtud del fuero y describe de manera idílica las tierras peninsulares. La mayor parte de los colonos embarcaron en Sète para los puertos andaluces en buques de los armadores Despetis y Thibal.

En parte la solución que aportaba Carlos III era producto de una demanda de la Iglesia, que decía que aquellos suelos estaban dejados de la mano de Dios y podrían ser pastos de invasión en cualquier momento. La Iglesia empezó con la matraquilla entre septiembre de 1773 y 25 noviembre de 1776 y Carlos III amenazó con aplicar una solución en 1782. Para pagar la operación se hablaba de un presupuesto de 100.000 pesos de expolios retenidos en el tesoro de la Catedral de Las Palmas. Ojo a un dato: en 1777 se produce el motín del sureste de Gran Canaria, es decir la miseria que había en el sur de Gran Canaria era terrible. 

El obispo en Las Palmas Juan Bautista Sewera (1769-1777) fue el primero en pedir poblar los valles de Mogán, Veneguera y Tasarte. Cada familia recibiría parcelas de regadío y secano, aperos, simientes, etc., a cambio de romperlas y abonar un moderado canon anual. También se ofrecía como salida a los que allí se desplazaron dedicarse al negocio de la captura de ballenas. Pero la operación fracasó. Carlos III apostó por dar suelo únicamente a los isleños que fuesen realmente pobres de la isla y eso asustó a funcionarios que pensaban en otros futuros para esas superficies porque cuando hicieron el mapa se dieron cuenta que había 263 familias y que solamente serían susceptibles de poner en cultivo 5.940 fanegadas. A los ya establecidos y a los nuevos colonos les esperaba un esperanzador porvenir, siempre que mejoraran las técnicas de cultivos y regadíos sobre las 198 fanegadas de regadío y las 3.825 de secano entonces en producción, 1.420 fanegas de maíz y 12.400 de trigo y centeno. Al final se acordó que era más urgente prestar a aquellos vecinos asistencia espiritual y política con el fin de evitar graves peleas entre ellos, como las ocurridas entre labradores y ganaderos. Los síndicos Russell y La Rocha, con intereses en esos suelos, se encargan de los repartos dejando fuera de su control al Obispado de Las Palmas.

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