Video de la historia: Manuel Quevedo Alemán y Ron Aldea, orgullo reconocido del pueblo canario.
Hace 86 años, en 1936, Manuel Quevedo Alemán funda en la Aldea de San Nicolás de Tolentino la fábrica de Ron Aldea, una de las empresas punteras en la isla tras casi un siglo de existencia. Tras volver de Funchal en 1934, Manuel comienza a desarrollar el proyecto del Ron Aldea, abriendo las puertas de su destilería tan solo dos años más tarde.
Nacido en Arucas, comenzó a familiarizarse con la industria azucarera desde muy joven. Posteriormente emigró a América del Sur donde vivió en diversos lugares y continuó ligado al negocio del azúcar.
A principios del siglo XX, volvió al archipiélago y trabajó junto a su familia en la fábrica azucarera de Bañaderos, empresa que posteriormente dirigiría. Los efectos de la Primera Guerra Mundial hicieron mella en la producción de la fábrica, provocando que Manuel decidiera venderla en 1919 al empresario portugués Enrique Figueroa Dasilva, que trasladaría la empresa a la ciudad de Funchal, en Madeira y continuaría contando con la experiencia de Manuel para el buen desarrollo de la actividad de la fábrica.
Manuel pasa más de una década en Madeira, donde continúa ampliando junto a Figueroa su ya extensa experiencia en lo relativo a la industria del azúcar y el ron; sin embargo, en 1934, tras la quiebra de Figueroa y comienza a desarrollar su proyecto más exitoso: la fábrica del Ron Aldea.
La apertura de la fábrica coincide con un renovado ciclo de la caña de azúcar en Canarias, algo que impulsa el novedoso proyecto; pero sin duda el factor diferencial de Manuel Quevedo con su competencia por incorporar una técnica pionera en la destilación, la cual comienza a producir directamente a través del jugo de caña. Este nuevo método utilizaba el jugo de la caña recién molida, conocido comúnmente como guarapo, lo cual aseguraba un sabor mucho más puro y natural en el producto tras el proceso de destilación.
Las familias y los trabajadores de Ron Aldea han sabido adaptarse a los cambios y a las dificultades que se han encontrado con el paso de los años, desde un traslado a la isla de La Palma a mediados del siglo XX de la mano de Carmelo Quevedo (hijo de Manuel) a un accidente aéreo que, afortunadamente, no truncó el devenir de la empresa canaria.
Casi un siglo después desde la apertura de su primera fábrica, Ron Aldea ha sabido mantener su esencia y personalidad, posicionándose, así como una de las empresas más destacadas y características del archipiélago, lo cual le ha servido para recibir este 2022 el Premio Empresa Familiar Canarias, un reconocimiento que pone en valor los más de 80 años de historia y esfuerzo por parte de la familia que conforma Ron Aldea.