La Sección de Fiscal y Fronteras de la Guardia Civil del Aeropuerto de Gran Canaria en coordinación con Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en Las Palmas, detuvo el pasado día 11 de diciembre a una persona de 30 años de edad, pasajero procedente de un vuelo de Sao Paulo (Brasil), como presunto autor de un delito contra la salud pública, al llevar en el interior de su cuerpo 72 envoltorios de 14 gramos aproximadamente cada una conteniendo en su interior una sustancia que dio positivo a las pruebas con reactivos a la cocaína.

La Guardia civil tuvo conocimiento el pasado día 11 de diciembre de los hechos, al ser alertada que un avión procedente de Sao Paulo-Brasil con destino Madrid aterrizaría de emergencia en el Aeropuerto de Gran Canaria debido a la indisposición de un pasajero.

Por ello, La Guardia Civil ante el acontecimientos de los hechos ocurridos, se acercó hasta el lugar donde la aeronave estacionó con una ambulancia para realizar el traslado urgente de la persona que se encontraba indispuesta, momento en el que se observó el estado de la persona y se sospechó que esta persona podría encontrarse intoxicada por la rotura de uno de los envoltorios de cocaína que se había introducido en el interior de su cuerpo.

Además, la Guardia Civil realizó acompañamiento del viajero en ambulancia hasta el Hospital Insular de Las Palmas, donde las pruebas médicas arrojaron como resultado el alojo de cuerpos extraños en el interior del cuerpo del individuo, por lo que se procedió a su detención.

Tras cinco días de ingreso hospitalario, el autor de los hechos expulsó la cantidad de 72 bolas de aproximadamente 14 gramos de cocaína cada una, manifestando que desconocía la cantidad exacta de bolas en su interior ya que fue expulsando durante el vuelo alguna de ellas.

El detenido junto con las diligencias fue entregado en el Juzgado en funciones de Guardia de los de Telde. El detenido fue posteriormente ingresado en prisión por orden judicial.

La Guardia Civil advierte del peligro letal que puede suponer el transporte de cualquier tipo estupefaciente en el interior del organismo ante posible rotura del envoltorio, además de las consecuencias penales por la comisión de un delito contra la salud pública