No tenían acceso a la escuela pero sabían qué había que comer. La gente de la cumbre del sur de Gran Canaria llegó a ser la más alta de España. Esto fue porque estaban todo el día comiendo sano hasta el punto de llegar a una media de 1,74 cm. Desde que desapareció la mili obligatoria y llegó la comida pagada por Bruselas la altura de los canarios de San Bartolomé de Tirajana ha ido asemejándose a la del resto de peninsulares. Son las conclusiones de un estudio científico hecho por profesores del departamento de Economía Aplicada. Universidad de Murcia y de dirección de Empresa e Historia Económica de la Universidad de La Laguna.
Aquella gente de Tirajana eran unos leños donde la estatura media era similar a la de hoy en día con los holandeses: 1,70 cms. Comer leche con gofio y nada de dietas modernas tenía al personal fuerte. Con datos del reclutamiento militar, los profesores José M. Martínez Carrión, Cándido Román Cervantes y Begoña Candela Martínez sostienen que la talla promedio masculina en edades de 19-21 años por cohortes de nacimiento para el periodo 1860-1915, con las actas de clasificación y declaración de soldados pone de relieve la gran altura de los canarios.
La talla masculina alcanza los valores más altos conocidos en España en el siglo XIX y registra un incremento de 2,86 cm entre las cohortes de 1860 y 1915. Se discuten los determinantes de la ventaja de la talla canaria. La dieta, la menor incidencia de enfermedades y un ambiente favorable para la salud debido a un clima benigno pudieron ser factores decisivos de la ventaja del estado nutricional en Canarias. La talla media masculina de las Canarias occidentales se sitúa más cerca de los parámetros de la Europa occidental que de los de la España peninsular. Aunque eran relativamente pobres, los adolescentes canarios exhiben el mayor bienestar físico de España desde 1860 a 1915 y un patrón de bienestar biológico y nutricional similar al de la Europa desarrollada e industrial.
Un temprano estudio realizado para la España del primer tercio del siglo XX (periodo 1915-1929) señaló la ventaja canaria frente al promedio español: 165,6 cm frente a 163,25 cm. Los datos para las décadas anteriores a la Guerra Civil sugerían un incremento de la talla media española frente al estancamiento de la altura de los mozos canarios. No obstante, la altura canaria mantuvo su liderato hasta las décadas centrales del siglo XX, junto a las de vascos y catalanes. La elevada talla de estos últimos no sorprende dado que son las regiones más desarrolladas e industriales de España, con elevadas tasas de capital humano medidas por la alfabetización y los logros educacionales, pero llama la atención que los canarios alcanzaran el top de la talla española cuando se hallaban entre las regiones con mayor atraso económico y peores ratios de educación.
Entre 1860 y 1930, Canarias figuraba en el furgón de cola de la lista regional de renta per cápita: en la posición 14 en 1860 y 1930 y en la 16 entre 1900 y 1910 de las 17 comunidades autónomas 23. Hasta 1950, Canarias registró la peor tasa de alfabetización, calculada como el porcentaje de los que saben leer y escribir sin distinción de edad con respecto al número de habitantes con 10 y más años 24. Al final del siglo XX, la talla media canaria registró el valor más alto del reemplazo de 1990: 174,82 cm frente al promedio español de 173,8 cm. A esa altura, la economía canaria había progresado y mejorado su posición relativa y se encontraba más cercana del promedio español: en la posición nueve de la clasificación regional en términos de riqueza per cápita. En ese largo periodo, los avances en salud y nutrición fueron extraordinarios para el conjunto del país, así que las diferencias interregionales de altura son poco significativas y apenas muestran un centímetro de diferencia 20.
El contraste entre el bienestar económico, medido por la renta per cápita y el desarrollo industrial, y el bienestar biológico y de la salud nutricional, medido por la altura masculina, es extremadamente significativo en Canarias. Mientras en la España peninsular las regiones más pobres presentan promedios de talla relativamente más bajos que las regiones ricas e industrializadas (al menos hasta la década de 1970), Canarias llama la atención por presentar tallas altas siendo una población relativamente pobre en términos económicos y en logros educacionales.
Los datos sugieren que, aunque la talla es un buen proxy de la riqueza y de la educación, factores ambientales como el clima, más estable en Canarias que en otras partes de España y, por tanto, benigno para la salud, pudo ser determinante, de ahí el interés en investigar la evolución de la altura de las poblaciones canarias antes de la Primera Guerra Mundial. Este trabajo incide en ello y aporta evidencia sobre el estado nutricional para las cohortes nacidas entre 1860 y 1915, correspondientes a los reemplazos de 1880 a 1936. En la primera se presenta información antropométrica a escala regional de las primeras décadas del siglo XX, que documenta la ventaja del bienestar físico para los adultos jóvenes de las islas Canarias. Los datos ahondan en la tesis de la ventaja insular canaria. El objetivo es contextualizar el estado nutricional de los canarios en España y mostrar la importancia de un clima favorable para la salud y el bienestar humano.