Las farmacias del sur de Gran Canaria tienen un problema. Desde 2018 están combatiendo con herramientas legales la presencia de negocios con señalética que simulan ser farmacia. Esto viene por por la gravedad y los riesgos que para la salud pública implica la insuficiente regulación de la identificación de los establecimientos sanitarios, unida al creciente número de quejas en las zonas turísticas por la alta confusión existente con establecimientos no sanitarios que utilizan para identificarse los mismos símbolos, señales, rótulos, carteles exteriores y palabras. Para ello se promovió la adopción de medidas legislativas para garantizar de forma inequívoca la identificación y señalización de los establecimientos sanitarios autorizados, en especial, las farmacias.

La modificación de 2018 cambió la regulación establecida en 2005 en la Ley de Ordenación Farmacéutica de Canarias y declara la exclusividad de una serie de símbolos y palabras en cualquier idioma para la identificación de las oficinas de farmacia. La norma sobre señalización de las oficinas de farmacia tanto para los establecimientos farmacéuticos, como para los no farmacéuticos, implica inspecciones para verificar su correcto cumplimiento. Pero vino la pandemia y el sistema ha estado desbordado para perseguir de forma correcta la mala praxis empresarial.

La medida legislativa es doblemente importante porque, además de garantizar la correcta distinción entre farmacias y otros establecimientos no sanitarios, implica que los grupos parlamentarios han compartido la creciente preocupación de farmacéuticos y médicos por las prácticas de intrusismo, que en la mayoría de las ocasiones van acompañadas de publicidad engañosa o confusa. 

Entre las acciones emprendidas, hubo una campaña de Información Farmacéutica y Sanitaria a los Turistas diseñada tras haberse recibido quejas de visitantes que no localizaron farmacias en las zonas turísticas por confusión con la publicidad de establecimientos no sanitarios. La campaña se desarrolló principalmente en redes sociales y en los países de procedencia de los turistas y tuvo como fin facilitar la localización de las farmacias en zonas turísticas y se centró en la difusión de un logotipo y una placa que distinguen a las farmacias de cualquier otro tipo de establecimiento, junto con publicidad en múltiples apoyos donde se destacaba que en Canarias las farmacias son los únicos establecimientos autorizados para la dispensación de medicamentos.