La arqueóloga Verónica Alberto es emocionante. Explica las cosas con una pasión que traslada a los que son profanos es esta materia a pasajes de la historia de Canarias como si hubieran pasado ayer. Así, este mes de marzo ha hecho una magistral exposición sobre el caserío de Arteara, en un paraje al que el contraste entre el verde palmeral y la dureza de la roca le confiere una singular belleza. Desde la necrópolis se observan los impresionantes riscos de Amurga con paredes de hasta mil metros de altitud, lugar desde donde los días del equinoccio el sol ilumina al amanecer el "Túmulo del Rey".