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CONFIDENCIALCementera de El Pajar: así se labró la fortuna de los amos asturianos

Cementera de El Pajar: así se labró la fortuna de los amos asturianos

Dácil Santana Domingo, 16 de Abril de 2023

Aunque tenga nombre canario la planta cementera de El Pajar, en el sur de Gran Canaria, tiene como amos la Corporación Masaveu, el grupo asturiano que tiene el 50% de la planta frente a otro 50% que es de Brasil. Canarios son los medianeros que aparecen como dueños pero que son realmente peones mandados desde la Península. Los directivos insulares han logrado que, siendo una industria, nunca haya existido huelga alguna en esta planta.

Todo ese conglomerado que mueve al año 40 millones de euros en el sur de Gran Canaria es producto del la vida del patriarca de los Masaveu, Elías Masaveu Rivell, que fue un comerciante, banquero, promotor de importantes firmas industriales. Elías murió en 1924, décadas antes que la empresa llegara a las islas de la mano de los tecnócratas de Falange. 

Según José Ramón García López en su libro 'Los comerciantes banqueros en el sistema bancario español. Estudios de casas de banca asturianas en el siglo XIX', 1987, fue uno de los más destacados rectores de la Casa Masaveu, a la que se incorporó en sus comienzos, y a la que impulsó hasta convertirla en una firma de primer orden. En 1860, cuando apenas tenía trece años, se trasladó de su pueblo natal a Oviedo para emplearse en el negocio de venta de tejidos que su tío Pedro Masaveu Rovira —el iniciador de la saga— tenía en dicha ciudad. Allí se familiarizó con la técnica comercial, y también con la bancaria, pues la casa iría paulatinamente abriéndose a operaciones “de banca”, en lo que era práctica habitual en los mejores establecimientos de ese tipo. Pasó a dirigir la casa en 1885, al fallecimiento de Pedro Masaveu Rovira, y lo hizo con tanto acierto que, si éste había abierto camino estableciendo una prestigiosa casa de comercio, Elías consolidó y multiplicó los negocios, que desbordaron el marco comercial para extenderse al industrial y financiero.

Bajo su dirección, la Casa Masaveu participó en muchas de las iniciativas empresariales más relevantes que se sucedieron en Asturias en los años finales del siglo XIX y primeros del XX, en el marco del dinamismo inversor que caracterizó a esa época. Secundado por otros castellarenses formados e integrados en la casa —Martín Comas Farell y Domingo Juliana Albert—, Elías Masaveu participó en la fundación o financiación de múltiples sociedades creadas para dedicarse a actividades industriales o de servicios, con fines tan diversos como abastecimiento de agua, alimentación, banca y finanzas, cemento, comercio, construcción, metalurgia, transportes, etc. Fueron las más importantes: Compañía de los Ferrocarriles Económicos de Asturias (1887), Compañía de Tranvías de Oviedo (1891), Sociedad Industrial Asturiana Santa Bárbara (1895), Sociedad Popular Ovetense (1898), S.A. Tudela Veguín (1898), Fábrica de Cervezas El Águila Negra (1900), La Industrial de Ventanielles (1900), Constructora Gijonesa (1900), Sindicato Asturiano del Puerto del Musel (1900), Sociedad Española de Aceites Vegetales (1901), Hulleras de Veguín y Olloniego (1918), Carboneras de Valdecuna (1918), etc. En la constitución de todas estas sociedades anónimas estuvo presente la Casa Masaveu, representada en la mayor parte de los casos por su jefe, Elías Masaveu Rivell, que, bien como presidente o como vocal, formó parte de sus consejos de administración.

Pero si todas las firmas citadas fueron relevantes, debe destacarse especialmente la que fue su realización industrial emblemática, que se convertiría en el núcleo de los negocios de la casa: la S.A. Tudela Veguín, primera fábrica de cemento artificial de España, fundada en 1898. Emplazada en la localidad del mismo nombre, al pie de canteras de caliza y en la proximidad de minas de carbón, su racional localización le permitió atender la gran demanda de cemento generada por el proceso de urbanización y la construcción del puerto de El Musel.

La multitud de cargos y negocios industriales no apartó a Elías Masaveu de los asuntos comerciales, y —coherente con su vinculación de antiguo con el comercio minorista, que había sido el origen de la casa— no sólo mantuvo abierto el establecimiento de tejidos, sino que llevó a cabo una realización novedosa e innovadora: la apertura en Oviedo del Gran Salón Bazar (1905), moderno establecimiento al estilo de los grandes magazins de las capitales europeas.

En el campo financiero, desarrolló ampliamente la función bancaria en su casa matriz (que desde 1892, giraría bajo la razón Masaveu y Compañía). A partir de ella, y en unión de otras entidades, creó en 1899 la casa de banca Juliana y Compañía, y en 1920 los bancos de Oviedo y Gijonés de Crédito. La posterior integración de ambos bancos en el Banco Español de Crédito propiciaría la presencia permanente de un miembro de la Casa Masaveu en su consejo de administración.

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