Grupo Santana Cazorla, el que fue el coloso del ladrillo en Canarias, mantiene su protagonismo como una de las la mayores concursales de las islas. Este pasado julio, la administración concursal de Santana Cazorla puso en marcha la que podría ser la última en el proceso de liquidación. Se abre el plazo para presentar ofertas en metálico por bienes a subastar como la Hacienda de San Rafael desde 5,5 millones de euros aunque su tasación es de 12 millones-, sino también los propios acreedores de la compañía o empresas del holding que han pujado con su deuda. Eso sí, siempre que la misma haya sido reconocida en el proceso judicial.
Aunque Santana Cazorla pasó a un segundo plano en este nuevo ciclo inmobiliario, sus activos no dejan de ser atractivos. Pero en esta puja notarial no hay solo viviendas, quizá lo más atractivo sean los suelos. Sobre todo porque los dos futuros ámbitos tienen uso predominantemente residencial e incluso uno de ellos tiene las bases para ser suelo finalista. El futuro de la finca San Rafael en La Higuera Canaria cerca de Telde, aunque pasen los años, sigue siendo incierto. Han pasado 18 años desde que el Ayuntamiento de Telde adquirió la finca. El Ayuntamiento compró la finca al empresario Santana Cazorla a cambio de un terreno municipal en la zona de Marpequeña. Cazorla adquirió previamente la finca a la familia Benjumea por 2 millones y medio de euros, siendo el valor del canje más del doble, es decir, más de 6 millones de euros. La operación ha sido declarada ilegal y la sentencia vigente obliga a ambas partes a cancelar todo el trato, debiendo tanto el Ayuntamiento de Telde como Cazorla devolver los inmuebles canjeados en el estado en que fueron adquiridos.
