Desde el pasado domingo, todas las miradas están puestas en Luis Rubiales. Nacido en Gran Canaria, aunque en más de una ocasión ha presumido de ser de Motril, el presidente de la RFEF desde 2017 ha ido encadenando escándalos hasta este domingo, donde parecía que el polémico beso a Jenni Hermoso en la celebración mundial femenino le iba a costar su puesto.

Sin embargo, y contra todo pronóstico, Luis Rubiales confirmó esta mañana en la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF que no pensaba dimitir. El máximo mandatario confirmó a gritos una noticia que pilló a todos por sorpresa, ya que en la tarde de ayer se filtró a los medios que tenía pensado dejar su cargo tras las presiones recibidas desde el mundo del fútbol e incluso de la política. Además, Rubiales afirmó que está siendo víctima de un “asesinato social” y que el beso fue consentido ya que le pidió “un piquito” a la futbolista y ella aceptó.

Las reacciones no se hicieron esperar. Entre las más sonadas están las de Yolanda Díaz, que pidió medidas inmediatas para inhabilitar a Rubiales y la de Borja Iglesias, delantero del Real Betis, que anunció que no volvería a la selección hasta que dure la situación 

El escándalo ha sido tal que incluso la canaria Misa Rodríguez, que esta tarde iba a realizar el saque de honor en el encuentro entre la UD Las Palmas y la Real Sociedad ha cancelado este acto de homenaje por “motivos de fuerza mayor”, por lo que parece que la selección femenina, coronada hace menos de una semana como campeonas del mundo, emitirá un comunicado conjunto sobre una polémica de la que ya se hacen eco los medios internacionales.