Las más de 2.000 familias de Marruecos que residen en el sur de Gran Canaria, donde San Bartolomé de Tirajana que agrupa 66,35% de los marroquíes residentes en. Canarias, han recibido este fin de semana muestras de solidaridad y apoyo por el potente terremoto que ha matado a más de 2.000 personas y ha herido a muchos más, el temblor más mortífero en el país en más de seis décadas, derribando casas en remotas aldeas montañosas donde los rescatistas excavaban entre los escombros en busca de supervivientes.

El alcalde de San Bartolomé de Tirajana, Marco Aurelio Pérez, ha estado en contacto con las entidades marroquíes del sur de la isla por si precisan apoyo institucional o saber el paradero de víctimas familiares a través de los servicios consulares de Marruecos en Canarias. Asimismo, la Asociación Canaria de Amigos de Marruecos está informando sobre cómo gestionar esfuerzos materiales y humanos por esta tragedia.

El terremoto de magnitud 7,2 sacudió las montañas del Alto Atlas de Marruecos a última hora de la noche del viernes. El Ministerio del Interior dijo que 820 personas habían muerto y otras 672 habían resultado heridas. La mayoría de las muertes se produjeron en zonas montañosas en las afueras de Marrakech, la ciudad más cercana al epicentro. En Marrakech, donde se confirmó la muerte de 13 personas, los residentes pasaron la noche al aire libre, temerosos de volver a casa.

El temblor fue lo suficientemente fuerte como para expulsar a la mayoría de los residentes de sus casas cuando se produjo poco después de las 23:00 horas (22:00 GMT) y muchos durmieron fuera, temerosos de réplicas en una ciudad donde muchas de las casas antiguas están hechas de piedra y ladrillos de barro. Aunque la temporada alta de turismo ha terminado, muchos extranjeros todavía están en la ciudad, cautivados por las glorias arquitectónicas que han atraído a visitantes durante siglos.