La empresa filial de Corporación Masaveu y la brasileña Votoratim ha logrado finalmente que los vecinos y los empleados, incluidos subcontratas, que tiene en la planta de El Pajar, en San Bartolomé de Tirajana, ya se hayan dividido de cara al traspaso de operaciones a otros puntos de la geografía canaria y sacarle el partido turístico que la norma insular de ordenación del territorio. La planta cementera tienen un futuro gris.

Ceisa, con el apoderado Claudio Víctor Piernavieja Grau Bassas, espera dar este viernes una rueda de prensa con un guión previsto desde España: la empresa va a seguir adelante con sus procedimientos y defender su negocio hasta donde la norma lo permita. La superficie de la cementera podría ser de uso hotelero dado que el muelle de carga y descarga de graneles secos va a ser de uso turístico, como adelantó Maspalomas24H a principios de septiembre.

Ceisa había vendido a los amos en España que el proyecto de seguir adelante iba sin fisuras pero finalmente habría tenido que forzar a proveedores externos y mano de obra de la planta de El Pajar a ejercer presión pública ante autoridades municipales. En la Dirección General de Trabajo del Gobierno de Canarias no supieron responder este jueves sobre la existencia o no de comité de empresa alguno en esa planta.

Por otro, entre los vecinos se ha visto como una agresión que subcontratistas hablen en nombre de los ciudadanos afectados. "Lo que Ceisa y sus apoderados están organizando es una parrillada con oxígeno en la barbacoa de dirigentes locales del PSOE que no obtuvieron el acta de concejal el pasado mes de mayo y que son empleados o empleadores, no se sabe qué función tienen, por Ceisa es opaca".