Los empresarios del sector del negocio LGTB tienen un problema desde este mes de octubre. Se ha ido uno de los grandes defensores de este modelo de negocio por el impacto que tenía en los apartamentos vinculados a la FEHT. La salida de Tom Smulders por agotamiento ha hecho que un canario regrese a un puesto clave de la patronal hotelera de Las Palmas y el primer frente que tiene es el lobby rosa, que está moviendo hilos de cara a los actos de mayo de 2024. En 2022 Smulders apuntaba 25.000 o 30.000 visitantes al Pride de mayo se gastaron unos 50 millones de euros, cosa que horrorizó a los empresarios y a las propias agencias de tributos en Las Palmas.
La amenaza de llevarse el turismo LGTB fuera del Yumbo ha comenzado este octubre a dar los primeros pasos. Las autoridades no quieren líos con este colectivo porque creen que genera votos y que cuenta con el respaldo histórico del PSOE pero la cosa se está saliendo de madre. Empresarios del sector hotelero han dado ya los primeros toques de atención porque, a la vista de las necesidades de reformas que requieren sus locales en materia de ventilación, han tomado las calles aledañas generando malestar con vecinos e industria hotelera.
En el negocio del turismo y lobby rosa en el sur de Gran Canaria hay dos carteles. De un lado, los que están vinculados a movimientos sociales del sur de la isla de toda la vida y, de otro, colectivos europeos que, legalmente, son entidades sin ánimo de lucro creadas por productoras de eventos como los que se celebra cada primavera. Es decir: se autocontratan servicios. Los funcionarios han comenzado a recibir presiones y el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana ha instado a que se cumpla la norma y alertar desde que haya algún procedimiento irregular para acudir al juzgado y reclamar medidas cautelares.