La nueva ley animal ha supuesto algunos cambios en el día a día para los dueños de mascotas, pero ¿cómo afecta a uno de los principales atractivos turísticos de Canarias?
El pasado 29 de septiembre entró en vigor la ley animal con algunas polémicas. La principal fue la medida de obligar a que los perros, independientemente de su raza, tuviesen un seguro de responsabilidad civil. Una medida que opacó el resto de la ley y que ha llevado a que muchos desconozcan sus detalles y el efecto que este documento puede tener en uno de los principales atractivos turísticos de Canarias: los zoos y los parques temáticos con animales.
En Canarias tenemos el Loro Parque en Tenerife, referencia a nivel mundial entre zoológicos y uno de los principales atractivos turísticos del archipiélago. Sin embargo, también encontramos otros parques repartidos por las islas como el Palmitos Park en Gran Canaria, el Rancho Texas Park en Lanzarote o el Oasis Wildlife en Fuerteventura.
Pese a que desde que se comenzó a redactar la ley se sucedieron los rumores acerca de cómo este documento iba a suponer “el fin de los zoológicos tal y como los conocíamos”, la realidad es que la nueva Ley de Bienestar Animal que apenas lleva dos meses en vigor no ha sido la gran revolución que se pensó en sus inicios.
El inciso 2 del artículo 32 de la recién promulgada Ley establece una excepción a la prohibición de posesión, cría, comercio e intercambio de animales de fauna silvestre en cautividad.
Esta excepción se aplica a aquellos animales alojados en parques zoológicos u entidades similares, en el contexto de los programas delineados por la Ley 31/2003, de 27 de octubre, referente a parques zoológicos.
Estos programas incluyen iniciativas de conservación "ex situ" diseñadas para contribuir a la preservación de la biodiversidad, así como programas de educación y atención veterinaria. Asimismo, esta excepción abarca los programas de conservación de especies amenazadas en los que participen las autoridades competentes.
De la misma forma, esta ley tampoco supone el fin de los reconocidos espectáculos de orcas y cetáceos en este tipo de recintos, uno de los principales atractivos del Loro Parque con sus presentaciones de orcas y delfines.
En este sentido, en el documento se recoge que este tipo de animales puede exhibirse con finalidades de conservación e investigación y los espectáculos pueden realizarse siempre que estén bajo supervisión de cuidadores y profesionales, algo que siempre se ha cumplido en los parques del archipiélago donde se realizan este tipo de actividades.
De esta forma, pese a que la nueva ley sí que ha señalado este tipo de prácticas, no ha provocado cambios en la dinámica de este tipo de atractivos turísticos que reciben millones de turistas al año y que, pese a la creencia popular, están en pleno auge. Gran ejemplo de ello es el Loro Parque, que en 2022 recibió tres millones de visitantes.