Se supone que el turismo de todo incluido no está en quiebra pero nadie da un duro de momento por su restablecimiento hasta que no se aseguren terceras vacunas y la eficacia de las normas de distancia social
Se supone que el turismo de todo incluido no está en quiebra pero nadie da un duro de momento por su restablecimiento hasta que no se aseguren terceras vacunas y la eficacia de las normas de distancia social. La reapertura de los negocios de turismo del sur de Gran Canaria no solamente genera buenas noticias entre los hoteleros sino también entre los proveedores de formatos de media pensión y todo incluido. El año había comenzado ya flojo en 2020 cuando se hizo el confinamiento: las cifras de enero y febrero indicaban una cierta ralentización de las entradas de turistas extranjeros, sobre todo de algunos de los principales emisores como Reino Unido y Alemania -por los últimos coletazos de la quiebra de Thomas Cook- hasta el punto de que el sector asumía que en ese ejercicio se rompería la racha de siete consecutivos de récords de llegadas. Emicela, según las cuentas depositadas en Hacienda, sale del confinamiento en estado de coma y con el respirador de la banca: la deuda de Emicela a largo plazo se ha ubicado en 2020 en 29.196.098 millones de euros frente a los 6.297.634 euros de 2019.
Nadie esperaba la virulencia del coronavirus, que llevó a cerrar el mundo entero y a que el turismo frenara en seco. En el caso tirajanero la aprobación del estado de alarma a mediados de marzo hizo que los meses de abril y mayo se saldaron con ceros absolutos en las entradas de turistas internacionales, una foto inédita en las estadísticas tras la que se esconde el drama de empresas donde el turismo era casi un monocultivo de ingresos. Una de las empresas líderes del sector de aprovisionamiento turístico es Emicela. Si en 2019 tuvo ingresos por valor de 105 millones el Covid19 la dejó seca de liquidez: 43 millones de euros. Hasta tal punto que de presentar un circulante de 5,4 millones de euros registró en el primer año de la pandemia un EBITDA negativo de nada menos que 3.841.026. Si en 2019 el resultado de explotación era de 3,2 millones de euros en 2020 fue de -6.002.040. Los activos pasaron de 106,1 millones de euros a 90,7 millones de euros y la deuda del grupo auditada por la firma Sánchez Marichal se elevó de los 34,5 millones a los 38,1 millones de euros. El desplome en cuanto proveedores fue altísimo: 5.082.395 euros de 2020 frente a los 19.336.610 de 2019. El ROS de Emicela bajó un -10,94 %, el ROE un -9,71% y un ROA un -6,61%. Tras el año 2020 para olvidar en Emicela, todo se fía a la eficacia de la vacuna para que Maspalomas vuelva a ser el destino más competitivo del mundo en términos turísticos, como señala el World Economic Forum. Porque el turismo solo vive bien en la libertad de movimientos y en la confianza y todo eso no volverá hasta entonces.