“Las autoridades públicas nacionales, regionales y locales, favorecerán e incentivarán, todas las modalidades del desarrollo turístico... las políticas turísticas se organizarán de modo que contribuyan a mejorar el nivel de vida de la población de las regiones visitadas y respondan a sus necesidades... se llevarán a cabo con respeto al patrimonio artístico, arqueológico y cultural de los pueblos, que deben proteger y trasmitir a las generaciones futuras.”
Ya es tarde. Pero más vale tarde que nunca. Habría que aplicarse en cuento. Y no es que nos estemos refiriendo a algún caso concreto. Estamos observando el panorama mundial del imponente desarrollo que la actividad turística ha imprimido en todo el gran espectro del movimiento del progreso en todo el planeta.
No es entonces baladí que insistamos, una y otra vez, en el enunciado de este artículo con el fin de despertar conciencias para que gobernantes públicos y privados, actúen bajo esos inexorables principios que son la base de todo este desarrollo que nos asombra cada día más.
El desarrollo de la República Dominicana o el impresionante proyecto de Indonesia, de Bostwana, de Arabia Saudi y su Visión 2030, etc. etc. nos ponen a meditar sobre lo injusto que es que países con todo un arsenal de valores para aprovecharlos para su desarrollo, se encuentren sumidos en la mayor indolencia enfrentados en inútiles batallas políticas, con sus mandos directivos solo pendientes la las fotografías de turno, o el alardeo de noticias y entrevistas en todo tipo de medios, que están casi siempre llenas de frases inicuas, mentiras o promesas incumplidas, Esto es lo que hay, y pruebas tenemos todos los días a poco que vayamos a los más socorridos medios de información.Lo justo necesario y razonable, sería que el mundo estuviese dirigido por personajes de reconocida solvencia, preparación, experiencia y conocimiento, cargados de méritos patrióticos para desarrollar los países en base a sus principios históricos y recursos naturales con la promesa inalienable de disfrutar de los bienes que poseemos, sin poner en peligro el que puedan disfrutar de los mismos las generaciones futuras.
“Los países no son ricos por lo que tienen, son ricos por lo que sus habitantes hacen con la que tienen”
EL SUEÑO DE LA REALIDAD
No podemos sustraernos cuando tocamos estos temas de tocar, aunque sea de pasada, el índice que corresponde a una maldad encubierta que azota por todos lados, cercenando obras y poniendo obstáculos insuperables a las más importantes obras, cuya base está en el despropósito de la avaricia, que deja, muchas de las veces, abandonados insuperables proyectos de desarrollo para países enteros.
Con plena satisfacción vemos como el imponente avance del turismo es arrollador y se lleva por delante a cuanto se le oponga más pronto que tarde, aunque el canon que haya que pagar sea elevado al máximo.
La puesta en servicio de aviones que estaban “aparcados”, e incluso su fabricación condenada a desaparecer, es un dato extraordinariamente relevante que marca sin ningún género de dudas el desarrollo de un sector que produce empleo altamente cualificado en una parte esencial del mundo, con un amplio espectro de influencia debido a la calidad de los mismos y a sus salarios. Todo un arrastre multitudinarios que llega hasta los más humildes sectores de la sociedad mundial, afectada de lleno con la rotunda respuesta social de viajar a costa de lo que sea.
Antonio-Pedro Tejera Reyes
Del Grupo de Expertos de la OMT Organización Mundial del Turismo