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MASPALOMASLa Costa de Las Salinas, posiblemente el litoral histórico más importante de Canarias

La Costa de Las Salinas, posiblemente el litoral histórico más importante de Canarias

Pablo Guedes González Miércoles, 20 de Diciembre de 2023

En el mapa de la Carta Arqueológica de Gran Canaria que adjuntamos, vemos señalada la Costa de Las Salinas en el sureste de San Bme. de Tirajana, como el litoral más importante de la isla en cuanto a valores arqueológicos, lo que a su vez señala también la rica historia de este territorio, que creemos de los más importantes de Canarias en este aspecto.

 

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Una de las primeras veces que aparece en las fuentes esta costa es el 11 de mayo de 1537, cuando Francisco Pérez Calvillo pide tierras para la construcción de las «Salinas de Amoxo» en el lugar hoy conocido como Juncalillo del Sur (antiguamente El Juncal), llamándose actualmente «Salinas de Abajo». Es por ello, por lo que el topónimo podía ser «Amajo» o «Amago», que junto con «Umiaga» era el nombre que recibía la montaña sagrada de Tirajana en los textos etnohistóricos, situándose en todo el área de las salinas los restos de un gran poblado de los antiguos canarios, donde podemos ver todavía cerca de una docena de casas cruciformes, en grave peligro de desaparición. Las salinas se localizaban entre Aldea Blanca, donde se han documentado también casas canarias, y un topónimo, posiblemente del antiguo canario: «Varvega», y Pozo del Lentisco, señalándonos, por tanto, tres lugares importantes en el Sur en aquellos momentos, 55 años después de la conquista. En el mapa de Gran Canaria del ingeniero Torriani de 1590, se señalan igualmente como lugares importantes del Sur: Punta de Tenefént, Las Salinas, Pozo del Lentisco y Maspalomas.

 

Esta costa se situaba en una zona geoestratégica de la isla para la navegación a vela. El lugar era un punto de obligado paso para los navíos, por el viento alisio del NNE que discurre paralelo a la costa en esta comarca, y también lugar de tránsito de vientos a calmas, y por lo cual, de refugio de las frágiles embarcaciones de la época en los fuertes temporales de viento. Aquí comienzan las famosas «Calmas de Maspalomas», y también «Maspalomas», topónimo que hoy día se circunscribe a la zona de El Faro, pero que antiguamente comenzaba desde Castillo del Romeral, siendo esta costa donde probablemente tuvieron lugar muchos de los hechos que tradicionalmente se sitúan en la zona del Oasis y El Faro.

 

De hecho, Sebastián Jiménez Sanchéz, comisario provincial de arqueología a mediados del pasado siglo, pensaba que la comarca alrededor de Tarajalillo (Pozo del Lentisco) era muy importante y con un fuerte uso del territorio para los primitivos canarios. Así en 1954, saca a la luz la mayoría de restos arqueológicos que se conocen de la zona.

 

En un trabajo que compendia 10 años de investigación, exponíamos la hipótesis de que Montaña de Las Tabaibas, que se sitúa justo al lado de Las Salinas y Pozo del Lentisco, era la montaña sagrada de Tirajana, la Umiaga o Amago/Amajo de las crónicas, que junto con Tirma se constituían en los dos importantes centros religiosos de los canarios a donde hacían peregrinaciones masivas para realizar las llamadas «rogativas de lluvia» en tiempos de penuria. Y alrededor de estas montañas, se situaba un santuario de unos 11 km en redondo, donde se refugiaban canarios y ganados en tiempos de guerra. Según lo reflejado en un pleito de principios del XVI, los santuarios se delimitaban por medio de mojones de piedras, que encontramos por toda Amurga y de forma espectacular en el yacimiento de El Coronadero, junto a Montaña de las Tabaibas con 37 mojones muchos de ellos coronados por una laja hincada. Allí podemos observar un impresionante fenómeno en el solsticio de invierno, similar a lo que ocurre en Risco Caído y en los días muy claros y situándonos en el arco, podemos ver Jandía detrás del yacimiento, lo que debía ser un momento muy especial para los canarios, que según la tradición que nos ha llegado, era presagio de lluvia.Ambos fenómenos creemos que debieron ser muy importantes para los antiguos canarios y es por ello que calificamos a este yacimiento como el Stonehenge de Canarias.                                                                                       

 

Y después, Tarajalillo pasó a constituirse en un lugar muy importante a principios del s. XVI, pues aparece en esos tiempos el Pozo del Lentisco, situado en las proximidades del actual Bahía Feliz, lugar de aguada para la navegación, por el que creemos pasaron los primeros navegantes que hicieron la ruta a América y con muchas similitudes con los Pozos del Rubicón en Lanzarote. El lugar lo conocemos además por otros dos aspectos, por ser lugar de embarque de madera y por terminar en ese punto las apañadas de Amurga.

 

A pesar de parecernos increíble, en Amurga había un pinar, hoy día totalmente desaparecido, que podría haber llegado hasta las cotas más bajas del macizo. Así Manuel Lobo, nos cuenta que en Pozo del Lentisco se embarcaban leña y madera, en esos tiempos. Pensamos que el Pinar de Amurga se extendía hasta las últimas estribaciones del macizo, cercanas a la costa, como el pinar de Tauro, al igual que ocurre en la actualidad en el sur de El Hierro. Tenemos el topónimo «Los Arrastraderos», junto al poblado canario de Amajo en Las Salinas, área por donde las bestias arrastraban los troncos hasta el llamado «Camino de la Madera», situado a los pies de Amurga, entre el macizo y el tabaibal del llano, donde todavía se puede ver por tramos, que creemos que podía llegar desde Telde hasta Las Burras, donde tenemos el topónimo «El Aserradero», donde también finalizaban otros posibles caminos de la madera que venían desde Ayagaures y desde el Bco. de Fataga.

 

Si la madera era importante en esta territorio, no lo era menos la ganadería, en una comarca eminentemente destacada en esta actividad, donde según las referencias que nos han llegado, en el llano al pie de Amurga había un tupido bosque tabaibal (ejemplares del tamaño de higueras), calificado como una selva por su inaccesibilidad, donde crecía una vegetación abundante y de calidad para los ganados de cabras y ovejas, de los mejores de la isla. Según las fuentes, en las primeras incursiones de Pedro de Vera a Tirajana que pensamos se refiere a la zona de costa en esta comarca, los castellanos capturan «una cavalgada asaz grande de ganado» en 1480 y 1.000 cabezas de ganado en 1482, entre Tirajana,  y «Acayro» o «Cayra», para nosotros situado en las cercanías de Sardina.

 

En el Barranquillo de La Cazuela (Tarajalillo) culminaban las apañadas de Amurga, lo cual creemos que debió ser también costumbre de los canarios, por ser su actividad primordial. Y allí había un corral junto a unas construcciones, que estuvieron en pie hasta 1987, que es donde creemos que se situaba el antiguo Pozo del Lentisco. Nos dice el pastor Domingo Guedes que las últimas apañadas tuvieron lugar aquí, sobre 1959 y que otras apañadas terminaban en la desembocadura de Bco. Hondo, junto al poblado canario de Amajo, donde había también un corral habilitado para ello.

 

La última vez que conocemos el topónimo de Pozo del Lentisco, es con motivo de los pleitos del Motín de Agüimes, en 1718 (250 años después de la primera vez), puesto que debido a que la familia Amoreto, antecesores de los futuros Condes de la Vega Grande, usurpa las tierras realengas del «Lentisco», hecho que denuncian los vecinos de Agüimes, se debe hacer un deslinde de las tierras, indicándose la situación del pozo: «el pozo del Barranco del Lentisco, el cual se halló en el fondo de dicho barranco [actual Barranquillo de La Cazuela] cerca del mar y más arriba un lentisco, único por no haberse hallado otro en dicho paraje, que parece dio nombre a dicho barranco, y en un morrete allí cerca [Morrete de de Las Chaquetas, en Bahía Feliz] una cueva que dicen de la Cruzuela». Con el tiempo, y con la desaparición del lentisco, pensamos que «La Cruzuela» derivó en «La Cazuela», dando nombre al barranquillo.

 

Y primeramente los Amoretos en el s. XVII y después sus descendientes los Castillos, titulares del Condado de la Vega Grande, a partir del XVIII, establecen su casa solariega en Juan Grande, la «Casa Condal», desde donde dirigían todas sus posesiones en el Sur convirtiéndose en la familia más poderosa de Gran Canaria, y de las más influyentes de Canarias, siendo los mayores terratenientes de la isla, llegando a poseer el 30% del territorio de S. Bme. de Tirajana en el s. XX.

 

Junto a Pozo del Lentisco, y donde antes estaba el poblado de Amajo se construyeron las Salinas de Abajo o Amajo (1537), las más antiguas de Gran Canaria y las segundas de Canarias, pertenecientes con el tiempo al Condado. A finales del XVII  se construyen las salinas de los Rocha en Castillo del Romeral y la Casa Fuerte para defender a los navíos de la piratería y a finales del XVIII las de Matorral, donde hoy se sitúa la Central Térmica, lo que hizo de la comarca, la principal industria de Canarias durante siglos.

 

Todo los aspectos comentados hicieron de esta costa un lugar geoestratégico, siendo el punto más destacado, transitado y comunicado del despoblado Sur, durante más de 400 años. Una media de entre 15 y 20 bergantines acudían periódicamente a cargar sal para dirigirse a las pesquerías en «La Costa» de África y a retornar por la misma zona a la vuelta. También pasaban por aquí los navíos que se dirigían a la travesía atlántica haciendo aquí aguada y los que en los primeros tiempos venían a cargar madera. Y por este hecho el lugar también fue frecuentado por piratas a la busca y captura de presas, en esta costa de obligado paso y motivo de la construcción de la Casa Fuerte de la Santa Cruz del Romeral a finales del XVII, donde se refugiaban los navíos perseguidos.

 

Todas estas circunstancias, dieron pie al gran número de acontecimientos históricos desarrollados en esta comarca entre los que podemos destacar durante la Conquista: la Batalla de Sardina (c. 1471) y la Batalla de Tirajana (1479) el día de San Bartolomé, por la cual recibe el nombre el municipio, ambas saldadas con graves derrotas castellanas; así como las primeras incursiones de Pedro de Vera a Tirajana (1480-82). Pocos años después, pensamos que debió ser en Pozo del Lentisco donde se «puso a monte» a La Pinta de Colón (1492), que estuvo reparándose en una playa del sur de Gran Canaria durante más de quince días por las averías sufridas en el viaje desde la Península. Ya expertos en historia naval y en los viajes de Colón como los capitanes Carlos Etayo y Luis Ayesta y el almirante Cristobal Colón de Carvajal (descendiente de Colón) apuntaron que fue en alguna playa del sur de la isla, donde la Pinta estuvo perdida durante más de medio mes. Pensamos que la playa más conveniente para una varada de esta embarcación, en todo el sur es la de la desembocadura del Barranco de Berriel, junto a Pozo del Lentisco, por sus características físicas y por contar con los avituallamientos necesarios, que hemos detallado. Después de ello por «Maspalomas», pasó nuevamente Colón también en su cuarto viaje (1502) y Juan de La Cosa (1504), y Hernán Cortés (1504) y creemos que muchas de las expediciones que hicieron los primeros viajes a América.

 

Después pasaron por aquí las armadas del inglés Francis Drake (1595), que fondeó después en Arguineguín y la del holandés Van der Does (1599), para fondear en alguna playa de Mogán. La piratería comenzó aquí en tiempos de los canarios, siendo estos la presa principal con la finalidad de ser vendidos como esclavos. Primeramente fue realizada por castellanos, portugueses, aragoneses y vascos, para ya después, a partir del XVI, con iguales objetivos, ser realizada por moros, franceses, ingleses y holandeses. Así, sabemos de la estancia en Las Salinas de Jant Jantz (1622), pirata moro, renegado flamenco, con historial digno de los mejores piratas del Caribe; de franceses con muerte de agüimenses en «Maspalomas» (1685), así como de moros e ingleses en el XVII y XVIII, para finalizar a finales de este siglo con barcos refugiados bajo los cañones de la Casa Fuerte, ante los ataques ingleses. A principios del XVIII también tiene origen en esta comarca el llamado «Motín de Agüimes», al pretender Francisco Amoreto hacerse con las tierras comunales, entre ellas las que bordeaban la Casa Fuerte de Santa Cruz, que utilizaban los agüimenses como tierras de cultivo y de pastoreo, fundamentales para su subsistencia.

 

Y no tenemos que remontarnos a tantos siglos para conocer del último hecho de armas desarrollado en esta comarca, pues en 1943, en plena II Guerra Mundial,  fue torpedeado frente a Castillo del Romeral, el submarino alemán  U167, por aviones de la RAF británica, siendo finalmente hundido por su propia tripulación frente a la playa de Las Burras y rescatados sus tripulantes por los pescadores de la zona.

 

PABLO GUEDES GONZÁLEZ

Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte

Investigador de la Historia del Sur de Gran Canaria

Creador del blog  historiacastilloromeral.blogspot.com

 

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