Un incidente en un vuelo de Alaska Airlines a principios de año ha levantado una polvareda que ha puesto en una seria encrucijada a una de los principales proveedores de aeronaves del mundo
La primera semana de este 2024 dejó una de las imágenes del año; un avión en pleno vuelo perdía parte del fuselaje a 5.000 metros de altura y obligaba a realizar un aterrizaje de emergencia. Un suceso que fue recogido en diversos medios internacionales y que, lejos de quedar en anécdota, ha supuesto una grave crisis para el proveedor de la aeronave accidentada.
Se trata de Boeing, uno de los proveedores históricos más reconocidos y presente en prácticamente todas las flotas de las principales aerolíneas internacionales. Fue un avión de esta compañía estadounidense el que sufrió esta pérdida de fuselaje en pleno vuelo, en concreto, una de sus aeronaves más modernas: el Boeing 737 MAX 9.
Las investigaciones posteriores al incidente hicieron saltar las alertas sobre algunas irregularidades en el ensamblaje de la aeronave que podrían haber provocado esa pérdida de fuselaje en pleno vuelo. Un gran golpe para Boeing, pero más grande sería el que llegaría días después; tras inspeccionar varias aeronaves del mismo modelo que tuvo el incidente con Alaska Airlines, diversas aerolíneas hallaron tornillos sueltos en sus Boeing 737 MAX 9. Un hallazgo que obligó a la FAA (Administración Federal de Aviación) a dejar en tierra más de 200 aviones 737 MAX 9 en tierra en Estados Unidos.
La gran pregunta (y la que nos atañe) ante esta situación es: ¿puede afectar a Canarias esta crisis en el sector aeronáutico? La respuesta es corta, clara y concisa: no. Al menos directamente, ya que las únicas aerolíneas que disponen de este tipo de aeronave son United Airlines, Alaska Airlines, Copa Airlines, Turkish Airlines, SCAT Airlines, Lion Air, IcelandAir, FlyDubai, Corendon Dutch Airlines y Air Tanzania. De ellas, Corendon es la que mayor perjuicio puede suponer ya que conecta el archipiélago con varios destinos en Alemania; sin embargo, tan solo disponen de dos unidades del 737 MAX 9.
Indirectamente la cosa cambia, ya que esta crisis ha afectado a Boeing en su totalidad. En la India ordenaron “revisar exhaustivamente” todos los Boeing 737 MAX 8 (predecesor del MAX 9 y una de las aeronaves más utilizadas a nivel mundial) para descartar anomalías. Una revisión que todos los aviones superaron satisfactoriamente.
Pero ahí no queda todo, ya que el mismo organismo que dejó los MAX 9 en tierra en Estados Unidos ahora ha obligado a inspeccionar los Boeing 737-900ER al tener un diseño similar a la aeronave de Alaska Airlines que sufrió el incidente.
Por si fuera poco, el de Alaska Airlines no ha sido el único incidente en el que una aeronave de Boeing se ha visto involucrada. El pasado 18 de enero, un Boeing 747 de la compañía Atlas Air tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en Miami al sufrir un incendio en su motor en pleno vuelo.
En Gran Canaria, hace unos días un Boeing 737 procedente de Eindhoven declaró una emergencia a bordo por un posible fuego en la bodega, por lo que se vio obligado a coordinarse con los controladores de la isla para asegurar su llegada. Desde la torre de control despejaron el tráfico en pista para permitir su aterrizaje y coordinaron los efectivos necesarios para atender al pasaje y la tripulación. La emergencia supuso el despliegue de una dotación de bomberos en pista y la evacuación de todos los pasajeros.
Pese a que son incidentes que no tienen relación con el de Alaska Airlines, toca estar pendiente a la decisión que tomen desde las autoridades europeas respecto a aeronaves como el 737 MAX 8 o el 737-900ER para conocer el impacto real que esta crisis de Boeing podría llegar a tener en las islas.
La última información que llega desde la UE es del 8 de enero (antes de conocerse que habían tornillos sueltos en algunos 737 MAX 9) confirmando que permiten volar en territorio europeo el mismo modelo que el que sufrió la pérdida de fuselaje.