El obispo de la Diócesis de Canarias, José Mazuelos, ha dado luz verde al nombramiento del sacerdote Higinio Sánchez, de Santa Lucía de Tirajana, ejercerá la dirección de los exorcismos en el sur de Gran Canaria, una zona donde la alta densidad de turismo también genera que haya visitantes que requieran asistencia de Iglesias en origen para practicar estos trabajos. Los casos más comunes entre turistas son los de personas que sufren de trastornos mentales, como la esquizofrenia o la bipolaridad. Sin embargo, también se documentan casos de personas que afirman estar poseídas por demonios.

Según el sacerdote exorcista de la diócesis de Canarias, el padre José Manuel Portela, el número de exorcismos realizados en las Islas Canarias ha aumentado en los últimos años. En 2022, se realizaron un total de 13 exorcismos, frente a los 9 de 2021 y los 6 de 2020. Portela atribuye este aumento a varios factores, entre los que se encuentran la creciente secularización de la sociedad, que ha llevado a un aumento de la creencia en el demonio, y el acceso a la información a través de Internet, que ha hecho que la gente sea más consciente de la existencia de la posesión demoníaca.

Los exorcismos que se realizan en el sur de Gran Canaria se llevan a cabo de acuerdo con el ritual establecido por la Iglesia Católica. El ritual consiste en una serie de oraciones y ritos que tienen como objetivo expulsar al demonio del cuerpo de la persona poseída. En general, los exorcismos suelen durar entre una y dos horas. En algunos casos, pueden durar varios días o incluso semanas. Los exorcismos son una práctica controversial. Hay quienes creen que son una forma efectiva de tratar la posesión demoníaca, mientras que otros creen que son una forma de charlatanería o incluso de abuso. En cualquier caso, los exorcismos son una práctica que sigue siendo relevante en la actualidad, y que está cobrando cada vez más importancia en Canarias.

El sur de Gran Canaria tiene una larga historia de exorcismos. Los primeros registros de exorcismos se remontan al siglo XV. En esa época, los exorcismos eran realizados principalmente por sacerdotes, aunque también se documentan casos de exorcismos realizados por curanderos o brujos. En los siglos siguientes, los exorcismos siguieron siendo una práctica común en las Islas Canarias. En el siglo XIX, el obispo de Tenerife, Pedro José Quevedo y Quintano, escribió un libro sobre los exorcismos en el que relataba sus experiencias personales con esta práctica. Según datos de la Iglesia Católica, en las Islas Canarias se realizan unos 50 exorcismos al año. La Iglesia Católica afirma que los exorcismos son eficaces para expulsar a los demonios de las personas poseídas. Sin embargo, la ciencia no ha encontrado pruebas que apoyen esta afirmación.