El turismo del sur de Gran Canaria es el motor de la economía de las islas, pero las inmobiliarias de Las Palmas quieren generar un efecto similar en Playa del Inglés a la crisis de las inversiones subprime de mediados de los años 2000. La modernización que surgió con el respaldo del BEI está a punto de saltar por los aires por culpa del alquiler vacacional. 

Desde Las Palmas se presiona para que haya gente que viva en recintos turísticos y eso alegra mucho a competidores próximos porque ellos eso no lo hacen porque sabe que es matar al destino. Hasta Agadir prohíbe residentes en zonas turísticas.

Que el turismo es la principal actividad de Canarias nadie lo duda. Que nuestro municipio tenga los edificios o las zonas de ocio renovadas y modernizadas y que haya un cumplimiento escrupuloso de la legislación turística actual, es harina de otro costal.

Después de la gran depresión financiera mundial de 2008, Gran Canaria, como el resto de las islas se vio afectada y por supuesto el sector turístico que pasó por un desierto de penurias hasta 2016 con un desplome del PIB per cápita y de la llegada de turistas hasta que se remontó el vuelo por la crisis de Oriente medio. 

Esa caída de turistas y de ingresos en el sector turístico de Canarias tuvo un efecto secundario sobre parte de la propiedad tan atomizada de por sí del sector extra hotelero de Maspalomas y Mogán. Algunos de esos propietarios del sur que tenían su apartamento, en perfecta armonía de explotación turística con disfrute de un mes en verano, se vieron forzados a vender por debajo del precio de mercado debido a esa crisis tan devastadora.

Y es aquí cuando comienzan a entrar los “nuevos” propietarios, a precio de saldo, que ya deciden vivir en esos apartamentos de 30 metros cuadrados a pesar de La Ley de Turismo de 1995 de Canarias y el planeamiento de San Bartolomé de Tirajana sobre el uso turístico de dichas parcelas.

En esa época de crisis turística hubo sin embargo excepciones a la regla. Una historia de éxito visionario fue el Complejo de apartamentos Los Salmones (2 llaves) , que impulsado por la junta directiva de la Comunidad de propietarios, se convirtió en plena crisis de 2014 en un exitoso Hotel de 4 estrellas bajo el nombre de Playa Bonita  tras renovarse mediante su acogimiento al Plan de Modernización, Mejora e Incremento de la Competitividad turística de Maspalomas Costa Canaria.

Otros ejemplos de éxito de renovación y cambio de modalidad de apartamentos a hoteles fueron el Santa Mónica, el Marina Gold, el Parque Cristóbal y el Colorado Golf. 

En definitiva, a la falta de inversiones importantes del sector público o en zonas de ocio públicas o privadas,  al riesgo de convertir edificios turísticos en guetos, se suma la falta de contundencia en la aplicación de la Ley de Turismo de 1995 con sus correspondientes sanciones al que está fuera de ley y los movimientos antisistema, aislados aun afortunadamente pero preocupantes, de turismo fobia.