Los centros comerciales que el capital residente en Las Palmas han llevado a la quiebra por la presencia de propietarios de la capital grancanaria viviendo en la zona turística de Playa del Inglés han comenzado a recibir el freno de los bancos para formalizar planes de viabilidad por la presencia de no turistas en el entorno. La razón tiene toda la lógica del mundo y pone de relieve cómo inmobiliarias, mayormente de Vecindario, vendieron como inversión comprar apartamentos ahora tienen atrapado al destino de la capital económica de Canarias. Los fondos tienen apetito por comprar centros comerciales y acabar con el problema de la dispersión de dueños que bloquean las operaciones pero no con el esquema que hay en Playa del Inglés. Eurofund, Hines, Nuveen, Unibail-Rodamco-Westfield , Ares y Redevco, Benson Elliotm el alemán ASG, Kennedy Wilson, Merlin tienen en su agenda al sur de Gran Canaria a la espera de que dinamite el escudo municipal que protege a particulares en zonas turísticas.
La franja GC-500 es el nombre que delimita la zona turística de la zona residencial en el sur de Gran Canaria, la zona de costa es la turística, y la interior donde habita la mano de obra. En la zona turística hay un síndrome de Diógenes normativo que frena un aumento del gasto turístico. Producto de la crisis de 2008 mucho inversor se puso a comprar suelo para vivir en área turística tras las crisis familiares surgidas así como mucho europeo huyendo de la presión fiscal europea. La llegada de plataformas como la americana Airbnb ha terminado de hundir el sur de Gran Canaria que vive bajo la indefinición de una cúpula de hierro legislativa local y regional. La razón es la experiencia adquirida porque cuando Hispania compró por 77 millones de euros un total de 1.183 habitaciones distribuidas entre Dunas Don Gregory, Dunas Suites & Villas, Dunas Maspalomas y Dunas Mirador nadie advirtió que en zonas turística próxima a los recintos hay vecinos viviendo y empadronados en esos espacios. "La rentabilidad se estrecha y los centros comerciales no pueden renovarse si no hay una clientela 100% turística".
Esto se debe a que recurrir a fondos europeos es ilegal a efectos de renovación turística porque "es evidente que la población no es turística", señaló a Maspalomas24H una fuente del sector financiero que recordó, por ejemplo, que la Socimi de Bankinter dueña del antiguo Meliá Tamarindos "tiene centros comerciales obsoletos y ha originado que hasta la reforma del propio hotel se haya configurado para que sus turistas no transiten zonas comerciales obsoletas".
Fondos como Blackstone han comenzado a invertir en centros comerciales como Camino Real Shopping and Leisure Resort, de 250.000 metros cuadrados en proyecto frente al aeropuerto Madrid-Barajas. "Si se regula el suelo de Playa del Inglés como debe ser seguramente que Blackstone apostaría por renovar los centros comerciales de Playa del Inglés porque redundaría en sus activos, pero con este desastre es imposible", dijo la misma fuente.