La frase anterior la dijo esta semana la empresaria extranjera Marinella Giorgi, que reside en zona turística en contra de lo que debera decir la norma en el sur de Gran Canaria: "He comprado aquí para vivir" y el complejo se llama Las Palmas, como no puede ser de otra forma. ¿Cómo se le ha ocurrido vivir en zona turística como si Canarias fuera Gamibia o Somalia? Es lo que pasa por permitir la residencia de ciudadanos en zona turística. Alguien de Las Palmas le vendería el sueño de vivir junto a las Dunas de Maspalomas y ahora pide que le quiten la arena de su casa.
Las manifestaciones a Canarias 7 de Marinella Giorgi señalando que "esto es terrible, la arena nos está comiendo y nadie nos ayuda" ha generado indignación porque los usuarios se preguntan a que asunto de qué hay gente viviendo ahí. Uno de los complejos vende noches en Airbnb rompiendo la disciplna de unidad de destino asegurando: "el bungalow está situado en primera línea de las dunas de Maspalomas y ofrece unas vistas impresionantes sobre la reserva natural de las dunas y el mar". La arena está reclamando lo que es suyo y los que compraron sobre suelo piden ahora ayuda al sector público cuando ese suelo en su momento era público.
En su día fueron apartamentos que lindaban con la Reserva Natural Especial pero algunos la emplean como vivienda degradando el medio ambiente y el sector turístico. La arena ha enterrado jardines, azoteas y terrazas, y les ha inutilizado sus piscinas. Los propietarios en zona turística se se han autodenominado como "vecinos". "De un año para acá la arena nos ha destrozado el jardín, nos ha obstruido todas las canalizaciones, y aquí seguimos, sin soluciones; ya se nos está formando incluso una pequeña duna en una esquina del complejo" una comunera.
