Los ectoparásitos hematófagos (se alimentan de sangre) de la banca norteamericana en Alemania han decidido hacer el papel de vectores de enfermedades infecciosas en lo financiero e industrial en la filial canaria de FTI, Meeting Point, que es socia en Playa del Inglés y Las Palmas de Acosta Matos, por ejemplo. El banco de inversión nortamericano Stifel en Alemania ha recibido el encargo del administrador de insolvencias de FTI para vender el negocio al tiempo que los ejecutivos concursales sacan las pinzas y pasan bisturí para extraer la máxima liquidez de su filial canaria. También para buscar comprador para activos con okupas como el proyecto Stella Canaris de Fuerteventura. Hay que sacar el dinero de Canarias aunque sea en forma de convoluto como ya se hizo en Barcelona en su época con SEAT.
Los veterinarios encargados de preparar la venta de la vaca desangrada, lo que quede del fondo de comercio porque casi todo es alquilado, son Venancio Lorente y la jefa financiera, Namita Ahuja, gente de la casa que vienen del negocio ya cerrado de la unidad receptiva, y tienen la orden del administrador concursal en Munich que para ganarse el salario hay que seducir con quitas a proveedores y darse prisa para no tener que estar dando muchas explicaciones. La contabilidad del grupo canario es para pagar deudas alemanas con el poder político. Ya Berlín se encargará de Madrid, acreedor de fondos europeos 'made in Germany', y articulará una línea como se hizo con Thomas Cook cuando la silenciosa FEHT o Cecapyme (importadores) protesten, es decir, cuando todo esté perdido.
Las autoridades empresariales canarias mantienen silencio pero entre los proveedores y tenedores de inmuebles hay mucho nerviosismo a la vista de las deudas que la filial en Grecia ha intentando trincar en medio a un proveedor de carne con apenas 210.000 euros. "¿Cómo han sido capaces de intentar engañar a un carnicero, un sector tan violento como es la comida de calidad en los hoteles?", se preguntaba este verano en el Rías Bajas de Las Palmas un constructor en un almuerzo con periodistas del sector financiero. La caja de Meeting Point está vacía a perpetuidad porque la sangre se manda a la garrapatas financieras alemanas que, en Canarias, tienen de toda la vida la concepción de ser una colonia extractiva donde sus autoridades empresariales y reguladoras tienen poca preparación técnica para saber extirpar de la piel este tipo de parásitos y evitar quiebras en cadena de pequeños proveedores de suministros a complejos.
La garrapata de raza Amblyomma se localiza más frecuentemente en el ganado. Disminuye la producción de leche. Precisamente, la vaquita de leche llamada Meeting Point está a punto de secarse y todo esto no es nuevo. En 1995 surge FTI Touristik. En el 2000 Airtours compra FTI a un directivo muy conocido en Canarias: Dietmar Gunz, que sale de la compañía. Fue un desastre para el turismo canario porque hubo que hacer quitas para que la vaca siguiera produciendo la leche, es decir, ingresos en un momento en el que la oferta estaba en una fase de expansión por la llegada del euro.
Las garantías pagadas a los hoteleros así como los depósitos mezclados con una demanda por debajo de las expectativas acabaron por apuntalar el desastre. Es así como en 2003 Dietmar Gunz recompra la compañía por un euro y comienza FTI Group. Vuelta a empezar de cero y vocabulario de los empresarios canarios pasa de ser industrial a financiero: saldo más las deudas, quitas, condonaciones y vuelta a empezar. En Canarias se dejaron llevar por el factor emocional, como ahora esperan los alemanes en 2024, para perdonar las deudas.
En el 2020 el inversor Sawiris, una de las familias más ricas de Egipto, se hace con el 75,1% de FTI Group y Dietmar Gunz sale del negocio operativo. Se crea una nueva macro estructura en Alemania de directivos dispuestos a relanzar la compañía bajo el proyecto denominado Phoenix que nunca llega a despegar como tal ave fénix.
En el 2024 se llega a preacuerdo con un consorcio liderado por Certares que no llega a buen puerto en una operación cuanto menos extraña. La compañía se declara en Alemania en insolvencia porque los accionistas deciden no aportar más capital y queda la empresa con unas deudas de 850 millones de euros que incluyen las ayudas del Gobierno alemán y la Administración española. FTI debe al fondo de estabilización económica (FSM) estatal la friolera de 600 millones a los que hay que sumar un préstamo a Unicredit garantizado por el Gobierno alemán y el Estado de Baviera por importe de 250 millones de euros. Por lo tanto, 850 millones de euros de deuda sólo en Alemania.
La filial hotelera en Canarias Meeting Point Hotelmanagement continúa con su operativa y aparente normalidad pero ya ha puesto su negocio en venta a través de Stifel. El administrador concursal sobre FTI en Alemania, Axel Bierbach, del despacho MHBK en Munich, ha pedido ordeñar la vaca canaria y obviar que está llena de garrapatas. En el caso de Canarias todos los hoteles están en alquiler, sólo queda un activo interesante, el polémico Stella Canaris en Fuerteventura, donde hay temor generalizado de que se ponga en marcha la maquinaria para guardar dinero y pagar tarde y mal pues alguien podría tener la tentación de que lo que se recaude vuelva a empezar la obra.