El lío jurídico está servido porque siguiendo la tesis del derecho a explotación del apartamento en Airbnb o Booking ahora se riza el rizo. Es completamente legal. Propietarios de Las Palmas que en realidad no han comprado sino heredado apartamentos en el sur de las islas de cuando el boom de los Setenta han comenzado este verano a explotar un nuevo producto que pone de los nervios a la industria turística y a los propios comuneros: alquiler de sus derechos de uso de piscina. Deja sobresueldos de 10.000 euros en determinadas zonas, es decir, es más rentable que alquilar el inmueble. Si el que alquila vía Airbnb apartamento en el sur de Gran Canaria observa que hay gente ajena al complejo usando la piscina solamente puede pensar en una cosa: es el karma turístico al romper la unidad de explotación aumenta la anarquía.
Esto está llevando a gente de Las Palmas a alquilar por separado las cosas: un activo es el apartamento y otra es la piscina. Los tenedores de derechos de explotación de apartamentos en el sur de la isla están colocando este producto y generando los primeros conflictos cuando añaden espacio del jardín para barbacoa. Una vez el alquiler de la piscina haya finalizado, se libera el pago directamente a la cuenta bancaria del dueño del derecho de uso en un plazo de 3 días hábiles a través de vía Stripe. Los operadores equivalentes al Airbnb de las piscinas, cobran una tarifa del 17% sobre las reservas realizadas a través de la plataforma.
Hay diferentes plataformas que se encargan de conectar a arrendatarios y arrendadores, igual que ocurre con el alquiler vacacional, pero la dinámica es en todos los casos básicamente la misma: el dueño de una piscina se la alquila a otros usuarios, por horas o días enteros, a cambio de un precio pactado. En ocasiones se añaden servicios extra a la piscina, como una barbacoa, pérgola, salón o jardín. Una persona titular de derechos de uso de una piscina alquila a otro que está buscando ese servicio para una barbacoa con amigos y familia, baby shower o rodaje de vídeos subidos de tono para plataformas de adultos o de ocio. Pueden encontrarse algunas disponibles desde 20 euros la hora, o incluso 4 o 5, y otras, con un enfoque premium, por las que se piden cientos de euros. Las ofertas son diversas. Y no es extraño que se completen con extras, como barbacoas, hornos, jardines… o incluso salones con barra y refrigeración o en las que realizar celebraciones.
