Las previsiones de presencia de turistas alemanes en Maspalomas en la temporada de invierno de 2024 son de llegadas sin parangón y sin tocar los precios. Pero en origen hay problemas. ¿Es más barato para un desempleados alemán venir de vacaciones al sur de Gran Canaria que pagar la calefacción en su casa? La segunda estimación del crecimiento del PIB alemán en el segundo trimestre del año confirma que la economía volvió a contraerse, con una contracción del 0,1% intertrimestral, frente al +0,2% intertrimestral entre enero y marzo. En términos interanuales, el crecimiento del PIB aumentó un 0,3%.
Para la consejera de Turismo de Canarias, Jessica de León, "los 16 millones de turistas que llegaron en 2023 a las islas no están asegurados, ya que dependemos de lo que pasa fuera y de factores como la inflación, que afecta a la tasa de ahorro o a la capacidad de gasto”. Por ese motivo, “cada día, cada hora, nuestra gente, nuestras empresas y nuestro sector luchan por llenar esas plazas aéreas y tener un destino turístico líder en el mundo. Y para cubrirlas, y generar empleo y riqueza, hay que situar primero al residente. Y en eso estamos trabajando desde el Gobierno cada día”, apunta.
Mientras que el consumo privado cayó un 0,2% intertrimestral y las inversiones se desplomaron más de un 2% intertrimestral, el consumo público aumentó un 1% intertrimestral. Las exportaciones netas también fueron un lastre para el crecimiento. De hecho, el desempeño de la economía alemana en el segundo trimestre parece una reversión del desempeño del primer trimestre. El hecho es que la economía alemana está aprendiendo a las duras penas lo que significa estar en medio de vientos contrarios cíclicos y cambios estructurales. Está atrapada en el estancamiento.
La economía alemana había comenzado el año con cierto optimismo. El crecimiento del PIB en el primer trimestre fue una sorpresa positiva y los indicadores de confianza mejoraron, lo que dio lugar a la esperanza de que el pesimismo de los últimos años había quedado atrás y de que se podían dejar de lado las discusiones sobre si Alemania era o no el "enfermo de Europa". Sin embargo, la verdad es que el crecimiento del PIB en el primer trimestre estuvo impulsado por el clima templado del invierno y una revisión a la baja del PIB del cuarto trimestre. Por lo tanto, no fue lo que llamaríamos una historia de crecimiento sostenible y saludable.
Con un crecimiento decepcionante en el segundo trimestre y casi todos los indicadores de confianza apuntando hacia el sur, la economía alemana se encuentra actualmente donde estaba hace un año: atrapada en el estancamiento y siendo el rezagado en crecimiento de toda la eurozona.
Sin embargo, todavía no estamos dispuestos a renunciar al menos a un poco de optimismo para la segunda mitad del año. El mayor aumento de los salarios reales en más de una década aún podría abrir las billeteras de los consumidores alemanes y solo se necesita una pequeña mejora en los pedidos industriales para lograr el cambio de ciclo de inventarios que se ha esperado desde hace mucho tiempo. Es cierto que las esperanzas de una recuperación impulsada por el consumo en la segunda mitad del año recibieron otro golpe esta mañana con la caída de la confianza de los consumidores.