La crisis migratoria en Canarias ha alcanzado un nuevo punto crítico con la llegada de más de 1,200 migrantes a las islas en un solo día, la cifra más alta registrada en lo que va de 2024. Entre los recién llegados se cuentan al menos 40 menores no acompañados, lo que agrava aún más la situación de acogida en las islas. Actualmente, Canarias ya tiene bajo su tutela a más de 4,500 menores migrantes no acompañados, sobrepasando su capacidad de acogida y protección, lo que ha generado tensiones entre las administraciones regionales y el gobierno central.

El sistema de acogida de menores está al borde del colapso, con centros sobrepasados y recursos insuficientes. Las autoridades locales han expresado su frustración, señalando que no pueden seguir asumiendo esta responsabilidad sin más apoyo del gobierno de España y de la Unión Europea. Sin embargo, las medidas de coordinación entre las diferentes administraciones siguen siendo insuficientes, como lo demuestra la reciente suspensión del nuevo protocolo de acogida por parte del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, que lo consideró incompatible con el régimen jurídico vigente.

A pesar de los esfuerzos, la falta de una solución integral a la creciente oleada migratoria está poniendo en jaque no solo a las instituciones canarias, sino también a la población local, que ve cómo el colapso en los sistemas de acogida afecta a todos los aspectos de la vida en las islas. Mientras tanto, el flujo de migrantes no muestra signos de disminuir, y las autoridades advierten que la situación podría empeorar en los próximos meses si no se toman medidas urgentes.