La llegada de la temporada alta de turismo en el sur de Gran Canaria, isla en la que se ha declarado la emergencia energética debido a la creciente demanda eléctrica y la obsolescencia de los equipos actuales, ha generado preocupación entre los operadores turísticos por el daño al negocio en caso de apagón. El consejero de Energía del Gobierno de Canarias, Mariano Hernández Zapata (PP), en 2023 dijo que "esperamos que los primeros meses de 2024" el Gobierno de Canarias pueda anunciar los adjudicatarios de repotenciación de la red de generación de las islas "y a partir de ahí será en el plazo de un año" puedan "estar establecidas esas medidas de emergencia". De eso nunca más se supo. Se trata de procedimientos técnicos que requieren una gran cualificación técnica más allá de vender imágenes en Instagram. El Gobierno canario defiende su gestión: "se han mandado a inspectores a verificar las hay inversiones comprometidas por Endesa y el estado de las plantas de generación".
"Estamos muy molestos con el Sr. Zapata, hay un clima de relajación imperdonable, porque no ha venido al sur de Gran Canaria a explicar qué plan es que tiene, aquí también vienen gente de La Palma de vacaciones", dijo el gerente de una cadena hotelera de Maspalomas que pidió no ser citado. "¿Cómo vamos a mantener una estructura de negocio con tanta inseguridad?", se preguntó el mismo empresario. En noviembre de 2023 ya el decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Canarias Oriental, Carlos Medina, afirmó que "cuando digo que preparemos velas en el futuro por los ceros energéticos, voy totalmente en serio". Un empresario alemán con una cafetería en el centro comercial Tropical dijo cuestionado por Maspalomas24H que "comprendo que con tanto cayuco no haya interés en hablar de la energía".
Esta situación es particularmente preocupante de cara al aumento del turismo previsto desde octubre de 2024 a marzo de 2025, que se espera alcanzar cifras récord. Gran Canaria ha incrementado su conectividad aérea y está preparada para recibir a más turistas, lo que ha generado preocupaciones sobre la capacidad del sistema eléctrico para soportar este crecimiento. Las autoridades locales han señalado que es necesaria una renovación urgente de la infraestructura eléctrica para evitar posibles cortes o fallos en el suministro durante la temporada alta turística. El riesgo de apagones es una realidad que no se cuenta en Las Palmas pero la peor parte se la lleva el sur de Gran Canaria. Las empresas del sur de Gran Canaria temen el comienzo de pequeños cortes de luz no programados afectando no solamente a las poblaciones locales sino en áreas turísticas. Además de la hostelería tuvo impacto en el suministro de agua desalada en los hogares y hoteles.