El inversor egipcio Samih Sawiris, que fue hasta hace poco el principal accionista del grupo FTI y perdió 260 millones de euros en la quiebra, ha asegurado al diario suizo NZZ esta semana que las responsabilidades que recaen sobre empresas como la canaria Meeting Point son muy limitadas y que la quiebra voluntaria declarada el lunes 3 de junio de 2024 ante el Tribunal de Distrito de Múnich. También se vieron afectadas las filiales suizas de FTI, FTI Touristik AG y Bigxtra Touristik AG, que se declararon en quiebra el 26 de junio de 2024.
Sawiris se unió inicialmente a FTI en 2014 con una participación del 33 por ciento. Su objetivo era atraer turistas de Europa a sus complejos turísticos en Egipto u Omán a través del Grupo FTI. Tras ese paso optó por crecer en mercados como el sur de Gran Canaria. Como todas las demás empresas turísticas, el grupo FTI se vio muy afectado por la pandemia del coronavirus. Sawiris acudió en ayuda de la FTI: en 2020 reunió capital y aumentó su participación hasta aproximadamente el 75 por ciento.
Según Sawiris, el Estado alemán también concedió préstamos y garantías de préstamo por un importe total de unos 875 millones de euros. Luego, el negocio actual del FTI se recuperó con el auge de los viajes emergente después de que terminó la pandemia. Pero los préstamos por Covid19 siguieron pesando mucho sobre la empresa. En una entrevista concedida al periódico NZZ, Sawiris explicó este octubre de 2024 las razones que, en su opinión, llevaron a la quiebra de FTI. Según el inversor egipcio, la empresa ya estaba en crisis antes del coronavirus. En aquel momento, sin embargo, era sólo un accionista minoritario y sus consejos no fueron escuchados, afirma Sawiris.
En el marco de la pandemia del coronavirus, invirtió aún más dinero para no tener que echar a la calle a 16.000 empleados, dijo Sawiris en la entrevista al medio suizo. Pero la deuda siguió creciendo durante la pandemia. Se buscaron inversores y la sociedad de inversión Certares anunció oficialmente a mediados de abril que un consorcio de inversores liderado por ella se haría cargo de FTI por un euro e invertiría un capital de 125 millones de euros en la empresa. . A pesar del anuncio del consorcio de inversores, las cifras de reservas estuvieron muy por debajo de las expectativas. Según Sawiris, el Estado alemán no pudo actuar con la suficiente rapidez. Durante este tiempo, la competencia tiene la oportunidad de sacudir la confianza en FTI, dijo Sawiris en la entrevista. "Si los clientes y proveedores pierden la confianza, las cosas pueden suceder rápidamente, similar a una crisis bancaria".
El hecho es que los clientes insistieron cada vez más en los pagos por adelantado, lo que llevó a mayores necesidades de liquidez. Al final, esto ya no pudo superarse y FTI tuvo que declararse en quiebra. Según sus propias declaraciones, Sawiris perdió alrededor de 260 millones de euros de su propio bolsillo, intereses incluidos.
