Y eso que la patronal hotelera de Las Palmas no movió un dedo con los medios ni en el sur y tampoco en Las Palmas. La manifestación contra el turismo que este domingo se celebró en el sur de Gran Canaria ha sido un fracaso porque los funcionarios y personal público que el pasado 20 de abril sacaron a la calle a miles de personas no han ido a su propia convocatoria. Los datos oficiales de las cadenas de TV apuntaban a "miles" cuando en realidad se podría hablar de "cientos". El 90% de los asistentes serían empleados públicos, antiguos votantes del partido morado, románticos que se quedaron sin cobertura electoral. No se sabe si la presencia de la ikurriña tiene que ver con la existencia de inversiones vascas en el sur de Gran Canaria.

El funcionario del Cabildo de Gran Canaria, Eugenio Reyes, en su calidad de portavoz de la asociación ecologista Ben Magec, dijo que "es lamentable que tras seis meses no haya habido un contacto oficial ni se haya creado un observatorio o algún espacio para la sociedad civil y escuchar a la ciudadanía, que tiene propuestas concretas". En Tenerife, origen del problema de las movilizaciones que han afectado al sur de Gran Canaria, los promotores dijeron que  unas 2.000 personas fueron las que hicieron parte del recorrido en Playa de Las Américas.

Desde ‘Canarias tiene un límite’ han indicado que tras las manifestaciones del pasado 20 de abril, las instituciones crearon una ‘mesa de expertos’ para "apaciguarles" aunque matizó que el cambio deberá venir "de la mano de la gente que lucha en las calles y de su organización y no de pactos vacíos promovidos por los responsables del colapso". "Las zonas turísticas son el símbolo del abuso de nuestros recursos y de la especulación que está destrozando nuestro territorio. Cada hotel, cada carretera, cada campo de golf es una herida a nuestro futuro y una amenaza para quienes defendemos una Canarias sostenible y justa", decían los manifestantes en Maspalomas.