La creciente pobreza y vulnerabilidad de los sin techo en San Bartolomé de Tirajana pendiente de revisión
La cara oculta del motor turístico de Gran Canaria se deja ver en los barrancos y calles de San Bartolomé de Tirajana, donde cada vez más personas sin techo y migrantes vulnerables se ven obligados a vivir en condiciones extremas. Esta zona, reconocida por su atractivo para los turistas, esconde un aumento preocupante de personas que, sin medios económicos, ocupan terrenos en los barrancos y sobreviven con escasos recursos. La falta de acceso a viviendas dignas y servicios básicos ha hecho que la situación de vulnerabilidad social se agrave.
A pesar del auge turístico en el municipio, con la llegada de 4,2 millones de turistas en 2023 y más de 2 millones en la primera mitad de 2024, el contraste es evidente. Mientras las zonas hoteleras y las playas siguen atrayendo a visitantes, un número creciente de personas en situación de pobreza extrema queda al margen del desarrollo económico. La falta de empleo, las dificultades para acceder a ayudas sociales y el elevado coste de vida en áreas turísticas han dejado a muchas familias y migrantes sin un techo donde vivir, obligándolos a refugiarse en asentamientos improvisados en los barrancos de la zona, o bien "dormir en las aceras de nuestras calles", utilizando cartones y colchones desgastados como único refugio.
El desequilibrio entre la prosperidad turística y la exclusión social es cada vez más evidente. La ocupación de estos espacios por personas vulnerables ha creado un desafío tanto social como humanitario para el municipio.