Las Dunas de Maspalomas, uno de los tesoros naturales más icónicos de Gran Canaria, se encuentran bajo amenaza constante debido a las acciones irresponsable que ignoran las normativas de protección. A pesar de las prohibiciones, muchos cruzan las dunas en busca de fotos, retos o simplemente para practicar deporte en zonas sensibles, contribuyendo a la acelerada degradación del ecosistema. Estas actividades no solo alteran el paisaje, sino que también ponen en peligro la biodiversidad y el equilibrio natural de este espacio protegido.
El proyecto Masdunas, que lleva seis años en marcha, ha logrado avances significativos en la renaturalización de las dunas, plantando especies autóctonas y eliminando flora invasora. Sin embargo, el impacto negativo de los visitantes continúa siendo un obstáculo para su conservación.
Esto nos lleva a la necesidad de concienciarnos sobre la importancia de preservar este paisaje y proteger un entorno único, cuyo valor radica tanto en su relevancia ambiental como en su extraordinaria belleza visual, una auténtica maravilla natural. Además, es fundamental intensificar la sensibilización y más control en la zona para asegurar su protección.