En los últimos cinco años, los accidentes laborales en el sur de Gran Canaria han mostrado una tendencia al alza, especialmente en los sectores de la construcción, turismo y agricultura, que son los motores económicos de la región. Según los datos de instituciones como el Instituto Canario de Seguridad Laboral (ICASEL), entre 2018 y 2023 se ha registrado un aumento constante en el número de siniestros laborales, particularmente en áreas vinculadas al turismo, como la hostelería y restauración, donde las condiciones de trabajo a menudo incluyen largas jornadas y manipulación de equipos pesados. En 2019, se contabilizaron alrededor de 2.500 accidentes laborales ,
La pandemia de COVID-19, que marcó el 2020, provocó un descenso temporal en la cifra de accidentes laborales debido a la reducción de la actividad económica y los confinamientos, con una caída de más del 20% aunque con 2.800 accidentes laborales. En 2023, los informes provisionales apuntan a un ligero descenso en la siniestralidad laboral, aunque siguen siendo preocupantes los accidentes graves y mortales. En este periodo, se registraron alrededor de 15 accidentes graves y 3 mortales.
En los últimos diez años, los accidentes laborales en el sur de Gran Canaria han reflejado una tendencia fluctuante, influenciada por factores económicos, el tipo de actividad laboral predominante y la implementación de medidas de seguridad. Entre 2013 y 2015, los sectores con mayor siniestralidad fueron la construcción, la hostelería y el turismo, principales motores económicos de la región. Durante este período, se registraron varios accidentes graves, especialmente en el sector de la construcción, debido al manejo de maquinaria pesada y trabajos en altura. La hostelería también registró un número significativo de accidentes leves, como caídas y quemaduras en el entorno laboral.
A partir de 2016, hubo una ligera reducción en la tasa de accidentes, coincidiendo con un aumento en la inversión en formación y medidas de prevención por parte de las empresas locales. No obstante, el número total de accidentes laborales se mantuvo elevado, con una media anual de aproximadamente 1.500 incidentes, de los cuales una minoría resultó en lesiones graves o incapacitantes. La economía local, muy dependiente del turismo, mostró un repunte en la construcción de infraestructuras turísticas, lo que generó más riesgos en los lugares de trabajo. El sector agrícola también presentó algunos casos, principalmente relacionados con el manejo de maquinaria y la exposición a productos químicos.
Entre 2020 y 2023, la pandemia de COVID-19 introdujo nuevos desafíos en el ámbito laboral. Aunque el número total de accidentes disminuyó debido a la reducción temporal de la actividad económica y el cierre de negocios, surgieron nuevos tipos de riesgos, como el contagio en el lugar de trabajo y las malas posturas derivadas del teletrabajo. En la fase de reactivación económica, las empresas implementaron medidas sanitarias estrictas, lo que contribuyó a la reducción de accidentes en sectores como la hostelería, aunque la construcción continuó siendo uno de los sectores más vulnerables. Las autoridades locales y regionales han intensificado las campañas de concienciación y supervisión para mejorar la seguridad laboral en toda la isla.

































