Las autoridades turísticas de Gran Canaria arrancan este mes de noviembre la promoción de la capital económica de Canarias, Maspalomas, en la World Travel Market de Londres. Fuentes oficiales han dicho este mes de octubre que el 82% de los británicos lo hacen sin hijos (en la versión enviada a la prensa señala que un 18% lo hace con hijos) y el 61% en pareja. Al tiempo que el 69% son repetidores (en 2006 ese dato era del 70,55%). Hasta ahí todo bien salvo cuando se ha hablado en los encuentros del sector que la edad media del turista británico que viene al sur de Gran Canaria es de "entre 40 y los 50 años".
La Diputación de Málaga, líder del mercado británico en España, es clara sobre este mercado: "se caracteriza por tener una edad promedio que supera (literal) los 50 años". No pasa nada por decir que es un destino consolidado para pensionistas en invierno. ¿No estará el origen de las pérdidas de los centros comerciales de Playa del Inglés o San Agustín en que el antiguo turismo joven ahora es carca? Los datos oficiales señalan que el 41% no son empresarios, es decir, mano de obra o pensionistas. En el caso de que sean funcionarios británicos, el salario medio anual de un empleado público a tiempo completo de aproximadamente 23.000 libras esterlinas equivaldría a unos 26.680 euros, utilizando un tipo de cambio estimado de 1 libra esterlina = 1,16 euros.
Otros que se pegan unos faroles son los de Tenerife. A la hora de comparar la capital económica de Canarias con el destino que acoge al playa de Las Torviscas, en lo que respecta al perfil del turista británico, la edad media se sitúa "en los 49,9 años" y señalan que "su renta media es de 61.573 euros", gasto medio turístico por persona en los 1.301 euros y un índice de repetición del 75,2 por ciento. De traca.
En cualquier caso, a estas alturas y tras cerca de 70 años de industria del turismo no hay un dato exacto o aproximado y real de la edad media de ese perfil y las razones de por que se opta por fidelizar ese mercado. La clave que no se termina de despejar es: ¿si tan repetidor es ese mercado porque en origen se es tan conservador? La respuesta está en las comunidades de propietarios que están en manos de británicos en el sur de Gran Canaria así como en establecimientos que tienen sus camas desde hace décadas con este segmento de negocio que es seguro: pensionistas y que no pueden improvisar con el gasto como los funcionarios británicos.
Y es que, de seguir ahondando en esa cifra de fidelidad al destino, se podrían llegar a conclusiones: que el turista británico actual lo lleva haciendo desde que tiene 10 años y venía sin compañía de sus padres, cosa que es imposible, o que el la edad media de turista británico que viene a la capital económica de Canarias es de una edad que oscilaría entre de entre 56 y 76 años. En 2006 Turismo de Gran Canaria decía que "el cliente británico es fiel a Gran Canaria con un altísimo índice de repetición de un 70,55%, esta cifra es incluso superior a la media de Canaria que se sitúa en un 66,69%".
En los últimos años, señala la versión oficial, la edad media de los turistas británicos que visitan Gran Canaria ha oscilado entre los 40 y los 50 años, con tendencias notables en la demografía de edad vinculadas a la popularidad de los complejos turísticos de playa de Gran Canaria y los alojamientos para personas mayores. Según los datos más recientes, los turistas británicos, uno de los grupos de visitantes más grandes de Gran Canaria, prefieren constantemente la isla tanto por su clima cálido como por la variedad de actividades al aire libre y de ocio que atienden a un amplio rango de edad, pero que siguen siendo populares.
Además, se han estudiado los patrones de gasto de los turistas británicos en Gran Canaria, destacando que los visitantes de mayor edad tienden a invertir más en actividades de ocio, restaurantes y estancias más prolongadas en hoteles en comparación con los viajeros más jóvenes, que pueden priorizar alojamientos más económicos. Este patrón respalda una tendencia según la cual Gran Canaria sigue atrayendo a un número significativo de visitantes británicos de mayor edad.