La reciente DANA que azotó Valencia ha dejado una profunda tristeza, y el eco de sus devastadores efectos resuena también en Gran Canaria, donde se vive con gran consternación
La Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que golpeó fuertemente a Valencia y otras regiones del levante español ha generado una ola de tristeza que se extiende hasta Gran Canaria, donde se sigue de cerca los trágicos acontecimientos. Las fuertes lluvias, inundaciones y corrimientos de tierra han dejado a varias familias devastadas, con pérdidas materiales incalculables y la lamentable confirmación de fallecidos, lo que ha conmocionado tanto a la península como a las islas.
Las imágenes de casas anegadas y calles transformadas en ríos han dejado una impresión dolorosa entre los canarios quienes se han volcado en muestras de apoyo y solidaridad hacia los afectados. Las autoridades locales han expresado su respaldo, organizando campañas de ayuda y sensibilización, mientras se analizan las condiciones meteorológicas para evitar posibles riesgos en la isla, que podría enfrentar fenómenos similares en el futuro.
La DANA ha dejado una marca de destrucción y desolación en la península, pero también ha servido como recordatorio en el archipiélago de los retos que plantea el cambio climático y la necesidad de estar preparados ante fenómenos extremos. Con un mensaje de fuerza y apoyo, el sur de Gran Canaria se une en solidaridad con las comunidades afectadas, demostrando que, ante la tragedia, la distancia no es un obstáculo para la empatía y la ayuda.